Trabajo realizado por los comunistas brasileños.
LA LUCHA REVOLUCIONARIA ES UNA LUCHA DE MASAS
Las masas populares son las verdaderas creadoras de
la historia, por eso ellas pueden liberarse a sí mismas. Esta tesis es el punto
de partida necesario de la línea de acción
de cualquier partido proletario autentico. Los verdaderos marxistas siempre
insistiremos en esta tesis.
Cuando Marx y Engels organizaron la Primera
Internacional, le dieron por consigna de combate el principio: “La emancipación
de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera”. Anteriormente al
escribir el MANIFIESTO COMUNISTA, ya habían llamado la atención hacia esa
particularidad histórica muy importante: “Todos los movimientos fueron hasta
ahora realizados por minorías en provecho de las minorías. El movimiento
proletario es un movimiento independiente y consciente de la inmensa mayoría en
provecho de la inmensa mayoría”.
Cuando Lenin dirigía la Tercera Internacional,
manifestó la opinión de que “todo Partido que se integre a la tercera Internacional
debe convertir en realidad el lema de ligarse estrechamente a las masas”. En
otra oportunidad, el escribía: “La revolución socialista no puede ser sino una
explosión de la lucha de masas de todos los oprimidos e insatisfechos”.
Mao Tse Tung retomó estos puntos de vista en
diversas oportunidades: “El pueblo, solamente el pueblo, es la fuerza motriz,
el creador de la Historia Universal” (Del gobierno de Coalición), o sino:
“Nosotros sostuvimos siempre que la revolución se debe apoyar en las masas populares;
y contar con la participación de todos y siempre nos opusimos a que se quede en
la dependencia exclusiva de algunas personas que dan órdenes”. (Palestra para
los redactores del Diario de Chansi-Suiyuan).
En suma la concepción marxista de la revolución se
opone radicalmente a la concepción blanquista de la revolución. La concepción
marxista, aunque sin negar el papel dirigente de una vanguardia organizada en
Partido y sin desconocer el papel esencial de las masas y de la clase obrera en
el seno de las masas más amplias de todos los trabajadores, destaca la función
de decisiva de los movimientos de masas en todo el proceso revolucionario. La
concepción blanquista se basa en la suposición de que una revolución puede ser
hecha por la insurrección de una pequeña minoría altamente organizada (Engels,
El Programa de los comunistas Blanquistas en el exilio).
Partiendo de este punto de vista, los blanquistas
sustituyen la actividad de un Partido Revolucionario por la de un grupo secreto
de conspiradores, no presta la debida atención a la situación concreta
necesaria para la victoria de la insurrección y desprecia los vínculos con las
masas, así como el trabajo de propaganda y la organización de las masas. En la
práctica terminan negando la propia lucha de clases afirmando que “la humanidad
se liberara de la esclavitud asalariada no por medio de la lucha de clases del
proletariado, sino gracias al complot de una pequeña minoría de intelectuales”.
(Lenin, Obras completas, tomo 13, Pág.36). El blanquismo fue una corriente del
movimiento comunista francés encabezado por Luis Augusto Blanqui (1805-1881),
destacado revolucionario y representante del comunismo utópico francés. Pero es
también una tendencia renaciente siempre, aunque bajo nuevas formas, en el
movimiento revolucionario. A todas las manifestaciones del blanquismo, sin
embargo, se puede aplicar la crítica que Marx y Engels dirigieran en 1848 a los
campesinos franceses: “Para ellos la única condición necesaria para la
revolución es una organización suficiente de su propia conspiración. Son los
alquimistas de la revolución”.
En el estudio de la línea de masas es necesario
partir de la reafirmación clara de esos principios generales, porque han
surgido en los últimos días en América Latina varias deformaciones de la
verdadera concepción marxista-leninista de la lucha de masas.
Por un lado, existe una interpretación oportunista
de la línea de masas, basada en una revisión reformista de la teoría
marxista-leninista de la relación entre el papel de las masas y el papel del
Partido de Vanguardia. Puede servir de ejemplo de esa deformación oportunista
de la línea de masas, la línea y la practica del Partido Comunista
(revisionista) de Argentina, con su consigna general: “Rumbo a la conquista del
poder a través de la acción de las masas”, o de la línea y la practica del
Partido Comunista (revisionista) de Chile, con su consigna general “Las masas
son las que deciden todo”. Esta misma deformación oportunista se refleja en la
Resolución Política que acaba de ser aprobada por el IV Congreso del Partido
Comunista (revisionista) brasileño. La característica mas general de esa
deformación oportunista es su interpretación espontaneísta del principio
marxista de la lucha de masas; con esta interpretación termina por destruir en
la practica cualquier papel dirigente o de vanguardia del Partido Proletario.
La esencia oportunista de esa interpretación espontánea se hace evidente cuando
se considera la función que ella cumple.
Los revisionistas acuden al principio de la lucha
de masas solo para evitar tomar una posición clara en cuanto a la actualidad o
no de la revolución y en cuanto al camino armado o no de la revolución. En
otras palabras, el esfuerzo, para disfrazar sus posiciones es una
característica general de todo oportunismo, y los revisionistas
latinoamericanos utilizan y deforman el principio de la lucha de masas solo
para disfrazar sus posiciones reformistas.
Por otro lado, sin embargo, se ha desarrollado, en relación
a la interpretación oportunista de la lucha de masas, una tendencia
subjetivista, aventurera y sectaria, contraria a la línea de masas. Esta
tendencia aun no tiene posiciones enteramente claras y sistematizadas; es una
tendencia más o menos difusa, pero un artículo recientemente publicado en la
revista ‘Punto Final’ (p.34, Santiago de Chile, agosto 1967), bajo el titulo
significativo “Política de masas para no hacer nada”, firmado por J.B.M. puede
ser considerado como un buen resumen de las posiciones básicas de esa
tendencia.
El articulo comienza por una afirmación correcta:
“Las masas por sí solas no harán la revolución”. Pero luego agrega: “las masas
espontáneamente a través de sus organizaciones, desempeñan un papel importantísimo,
colaboran durante el proceso revolucionario en la medida del desarrollo de su
conciencia, despertada por la propia lucha de la vanguardia revolucionaria, dan
el golpe final de la revolución”. Las masas son reducidas a colaboradoras de
las vanguardias revolucionarias; estas desarrollan su lucha independiente de
las masas y aparecen así como las verdaderas creadoras de la revolución, y por
lo tanto, de la historia. Además de esto es necesario, primero (desliz del
propio autor del articulo), un catalizador, la vanguardia revolucionaria, que
cumple un papel casi autónomo durante un periodo. Mas adelante: “La vanguardia
no debe esperar por las masas ni aspirar contar con ellas en cada una de sus
manifestaciones revolucionarias, sobre todo en las primeras”. Mas adelante: “Es
probable inclusive que las asas no entiendan en el primer momento que la
vanguardia defiende sus intereses fundamentales; sin embargo, luego entenderán
y de manera definitiva e irreversible”. Después de estas premisas solo se
podría llegar a esta conclusión absurda: “Seria mas justo hablar de una
política para las masas que de una política de masas”. Comparemos ahora esas
afirmaciones con las opiniones de Lenin, expresadas en la enfermedad infantil
del izquierdismo en el comunismo (Obras escogidas, tomo 3) “Solo con la
vanguardia es imposible triunfar. Lanzar solo a la vanguardia a la batalla
decisiva, cuando toda la clase, cuando las grandes masas aun no adoptaron una
posición de apoyo directo a esa vanguardia, o por lo menos, de neutralidad
simpática con respecto a ella y son capaces hasta de apoyar al adversario, sería
no solo una estupidez, sino además de eso, un crimen. Ahora bien, para que
realmente todas las clases, las grandes masas de trabajadores y oprimidos por
el capital, lleguen a ocupar una posición revolucionaria, la propaganda y la
agitación por si solas son insuficientes. Para eso es necesaria la experiencia
política de las propias masas”. Y mas Adelante: “La tarea inmediata de la
vanguardia consciente del movimiento obrero internacional, esto es de los
Partidos, grupos, tendencias comunistas, consiste en saber llevar a las grandes
masas a una posición revolucionaria”.
Queda claro que el rechazo a la formación sectaria y aventurera de la lucha de
masas es una posición antileninista que tiende a una concepción blanquista y no
marxista de la revolución.
Por otro lado, no es preciso caer en el desvío
sectario y militarista para combatir el rechazo oportunista del camino armado
de la revolución con su teoría sobre “La necesidad de conquistar desde el
inicio a las masas en escala nacional y en todas las regiones”, antes de
comenzar la lucha armada (ver la critica de esta teoría oportunista de Mao Tse
Tung en Una sola chispa puede incendiar la pradera). Para combatir los puntos
de vista oportunistas, basta tener en cuenta el desarrollo desigual del
movimiento de masas y saber combinar el papel de decisivo de las grandes masas
trabajadoras con el papel especial de la clase obrera y el papel dirigente del
Partido proletario de cuadros.
Para eso, sin embargo, es necesario estudiar
seriamente las cuestiones relativas a las luchas de masas.
¿Cómo estudiar estas cuestiones? En primer lugar,
estudiando los principios marxistas-leninistas respecto de esas cuestiones y
las experiencias históricas ya sistematizadas, de otros movimientos y Partidos
revolucionarios hermanos. En seguida, analizando críticamente y sistematizando
nuestras propias experiencias históricas de la lucha de masas. Después del
estudio de este texto, es importante comenzar el trabajo metódico de análisis y
sistematización de nuestras experiencias. De esta manera será posible, no solo
elevar el nivel de nuestro trabajo de masas, sino también desarrollar nuestra
comprensión y nuestros métodos de dirección de la lucha de masas.
LA DIFERENCIA ENTRE LUCHA DE MASAS Y LA LINEA DE MASAS
Hasta ahora se trató principalmente de la lucha de
masas. Cabe entonces preguntar: ¿Línea de masas es la misma cosa que lucha de
masas? No. Mao Tse Tung deja percibir claramente que existe una distinción, al
explicar en la Palestra para los redactores del Diario de Chansi-Sueiyan: “Hace
mas de veinte años, nuestro Partido prosigue diariamente su trabajo de masas y
hace unos diez años mas o menos, él habla diariamente de la línea de masas”.
¿Dónde esta la diferencia?
La lucha de masas es una realidad y un principio.
Es la realidad del propio combate, en todas sus formas, de las amplias masas
que constituyen el pueblo, el pueblo trabajador y explotado, oprimido. Y es el
principio que nos enseña que las masas no pueden ser libertadas verdaderamente
a no ser por su propia lucha y esfuerzo, y que, por lo tanto, la revolución
debe ser hecha con la participación activa de grandes masas de todas las clases
que viven de su propio trabajo.
La línea de masas es un método, un método para
desarrollar en escala y para dirigir revolucionariamente, desde un punto de
vista proletario, las luchas de masas.
Marx, Engels, Lenin, se preocuparon no solo de
fundamentar y explicar e, principio de la lucha de masas, sino también de
estudiar y desarrollar los métodos para desarrollar y dirigir la lucha de masas.
Habiendo ya insistido en el principio de lucha de
masas, el objetivo principal de este texto es explicar el Método de la línea de
masas, utilizando como fuente principal la rica experiencia de la revolución
china en todas sus etapas sistematizadas por Mao tse Tung.
LA LÍNEA DE MASAS ES UN METODO DE DIRECCION DE LA LUCHA DE MASAS
¿Por donde comenzar una exposición de los puntos
principales de la línea de masas, entendida como método de dirección de la
lucha de masas? Uno de los caminos es comenzar esclareciendo lo que no debe
entenderse como por línea de masas. En este sentido, cabe dejar claro,
principalmente que la línea de masas no es una línea masificante, no es una
línea populista, no es una línea espontaneísta.
1.
LINEA DE MASAS NO QUIERE DECIR MASIFICACION
Por línea de masificación se entiende todo estilo
de trabajo político que lleva a tratar al pueblo mas como objeto que como
sujeto de la revolución, que no es hecha en una perspectiva de servir a las masas
en su lucha revolucionaria; que, por lo tanto, no promueve una liberación
efectiva y profunda de las masas por ellas mismas.
Entendida así la masificación, es claro que la
línea de masas no significa una línea masificante. Pues la línea de masas es el
estilo y métodos de trabajo político que partiendo del principio de que las
masas populares son las que se liberaran así mismas, observa un conjunto de
principios, actitudes y, métodos con la finalidad de tornarle mas activa
posible la participación del pueblo
trabajador en la obra de su propia liberación.
Conviene resaltar con todo, que la línea de masas
tampoco se confunde con la línea de concientización que es generalmente
apuntada como el remedio para la masificación. La línea de concientización
incurre en por lo menos cuatro errores principales. En primer lugar, es
idealista, da una importancia exagerada al trabajo de concientización, como si
fuese suficiente para que las masas se liberen el que ellas tomen conciencia de
su explotación y opresión. No se da la debida importancia al trabajo de
movilización y mucho menos al de organización, que sustentan y tornan
posible la lucha. Es como si la clase obrera y las masas trabajadoras en
general, se pudiesen liberar por la simple toma de conciencia y no por un
proceso de lucha de clases ardua y prolongada. En segundo lugar la línea de
concientización es intelectualista, no toma en debida cuenta la ligazón entre
la teoría y la práctica, trata del proceso de concientización como un proceso
puramente intelectual de lecturas y debates; no ve que la lucha también
concientiza y más todavía, que la principal educación revolucionaria es la que
el militante recibe en el curso de las grandes acciones de masas. Mao Tse Tung
llama la atención hacia ese punto con insistencia. Por ejemplo “¿Los miembros
de nuestro partido se pondrán tornar útiles, sea en lo que fuere, al pueblo
chino si ellos pasaran toda su existencia entre cuatro paredes, al abrigo de
las tempestades y al margen del mundo? No, de ninguna manera. Nosotros,
comunistas debemos enfrentarnos a las tempestades y al mundo grandioso de la
lucha de masas” (Organizaos). En tercer lugar, la línea de concientización es
populista, omite la división del pueblo (del que tanto habla).Por último la línea
de concientización es espontaneísta y tiende al anarquismo: Omite el papel
esencial de la teoría revolucionaria, desconoce el papel dirigente de una
vanguardia proletaria organizada en Partido político y trata insatisfactoriamente,
cuando lo trata, el problema del poder y de la toma del poder. Por lo tanto
esto, la línea de concientización no consigue acabar con el verdadero proceso
de masificación al que las masas están sometidas: el proceso de su explotación económica
y de su dominación política e ideológica. La línea de masas, por el contrario,
da al trabajo de concientización su debido lugar, como veremos, pero lo combina
con el trabajo de organización de masas; con el principio de la lucha de clases
y combina la dirección central de una vanguardia con el desarrollo extensivo de
los movimientos de masas.
2.
LA LÍNEA DE MASAS NO SE OPONE A LA LÍNEA DE CLASE
Por el contrario, la línea de masas presupone una línea
de clase clara y definida, y por otro lado la completa.
Línea de clase es la orientación que establece en
que clase debemos apoyarnos y con qué clase podemos y debemos luchar. O aún más
detalladamente, la línea de clase es la orientación que define en que clase (o
clases) podemos y debemos apoyarnos, a que clase (o clases) podemos y debemos
neutralizar y a que clase (o clases) debemos aislar y combatir, para poder realizar
los objetivos de nuestro programa político.
Línea de clase y línea política están íntimamente
ligados. La línea política de un Partido Proletario marxista-leninista es la
definición de los objetivos y de las formas de lucha y organización de todas
las etapas de la revolución; entonces la línea política se traduce en el
Programa máximo del Partido. Puede ser también la definición de los objetivos y
las formas de lucha y las formas de organización para un periodo táctico
relativamente corto de una etapa estratégica de la revolución, eso es lo que
permite distinguir, todavía, un Programa mínimo general con un sistema de
consignas estratégicas para toda una etapa estratégica de la revolución; y un
Programa mínimo especifico, con su sistema de consignas tácticas de una misma
etapa estratégica de la revolución (respecto de estas distinciones ver J. Stalin:
Sobre los fundamentos del leninismo, Cáp. VIII “Estrategia y Táctica”; y de Mao
Tse Tung: “Sobre el gobierno de Coalición”).Sea cual fuere el sentido que se dé
a la expresión línea política, podemos afirmar que la línea de clase y la línea
política están íntimamente ligadas. Por un lado porque la línea política debe
ser establecida objetivamente y no subjetivamente, y para ser definida
objetivamente, partiendo de la realidad objetiva y no partiendo de nuestros
deseos y preconceptos, toda la línea política tiene que ser definida a partir
de un análisis de clase, de un análisis de las posiciones económicas y de las
actitudes políticas de las diversas clases y capas de la sociedad, y de la
correlación de fuerzas entre ellas. Por otro lado, porque después de definida,
toda línea condiciona una línea de clase determinada.
Ahora podemos retomar nuestra pregunta y dar una respuesta
más precisa ¿La línea de masas, como método
de dirección de la lucha de masas, no se opone a la línea política y a la línea
de clase? Evidentemente que NO.
La línea de masas es un método de dirección política
de la lucha de masas. Como tal, es un método de decisión para la definición de
una línea política justa, que es un método de trabajo para la aplicación
correcta y efectiva de esa línea. Luego, el método de línea de masas no solo no
se opone sino que implica necesariamente una línea política. En último análisis,
es un método de trabajo político de la vanguardia del proletariado, un método
de esta vanguardia para definir y llevar a la práctica una línea política
justa, movilizando y organizando, en torno de esa línea, grandes masas
populares.
En suma entre los conceptos de línea política, línea
de clase y línea de masas no hay oposición ni exclusión, sino
complementariedad, ellas se complementan mutuamente. La línea política define
los objetivos y las formas de lucha y organización. La línea de clase define
las clases que pueden ser movilizadas y organizadas para la lucha por la
realización de esa línea política. La línea de masas define un método para la
vanguardia política del proletariado, movilizar, organizar y dirigir las
amplias masas de esa clase (y no solo la minoría) en la lucha por la
realización de aquella línea política. Y conviene recordar que como método de dirección
la línea de masas es un método no solo para aplicar de modo correcto la línea
de masas y una línea de clase ya definidas, sino que es también un método para
definir una línea política y una línea de clase justa. Hasta aquí procuramos
mostrar porque la línea de masas y la línea de clases se complementan. Para
determinar es importante mostrar también porque la línea de masas exige
siempre, presupone necesariamente una línea de clase, desde un punto de vista
de clase. Esto acontece por cuatro motivos principales:
1.-Porque solo es posible definir cuáles son las
masas populares a partir de un análisis de clase.
2.-Porque es necesario no olvidar que las propias
masas populares se dividen en clases y tienen contradicciones en su propio
seno.
3.- Porque es importante localizar en el seno de
las masas populares cuales son las masas básicas.
4.- Porque es necesario no olvidar que entre las
masas populares básicas, la clase obrera es la única radicalmente
revolucionaria.
Expliquemos cada uno de esos motivos.
En primer lugar, el método de línea de masas exige
que se tenga una línea de clase y un punto de vista de clase porque solo es
posible definir cuáles son las masas populares a partir de un análisis de
clase. En efecto, llegó el momento de esclarecer el concepto de masas
populares, el concepto de pueblo. La utilización del concepto de pueblo no
dispensa en modo alguno el concepto de clase. Sin tener claridad sobre esto es
imposible tratar correctamente cualquier cuestión relativa a la línea de masas.
No tener claridad sobre esto es exponerse al desvío populista. Por lo tanto, es
preciso comprender, en primer lugar que, en sociedades divididas en clases
(como la nuestra), el pueblo también está dividido en clases, y, en segundo
lugar, es preciso comprender que el concepto de pueblo es más restringido que
el concepto de población: La población abarca todos los medios de una sociedad;
el pueblo solo abarca determinadas clases y capas sociales. ¿Cuáles son las
clases y capas que constituyen el pueblo en una sociedad determinada?. Uno es
el criterio social y el otro es el criterio político. Ambos han sido utilizados
por los marxistas.
Según el criterio social, el pueblo esta formado
por las clases que trabajan, que viven de su propio trabajo, o sea, por las
masas trabajadoras que en las sociedades de clases, son también masas
explotadas. En las sociedades de clases, las masas trabajadoras son las masas
fundamentales de la población.
Según el criterio político, el pueblo esta formado
por dos clases, capas y grupos que apoyan las tareas revolucionarias
progresistas del desarrollo histórico de un momento determinado. Fue este el
criterio que Mao Tse Tung utilizo para definir quien formaba parte del pueblo
chino el año de 1957. “En la etapa actual, que es el periodo de la edificación
socialista, todas las clases y capas sociales, todos los grupos sociales que
aprueban y sustentan esta edificación y de ella participan, forman el pueblo.
Mientras que todas las fuerzas sociales y todos los grupos sociales que se
oponen a la revolución socialista, que son hostiles a la edificación socialista
o se empeñan en sabotearla, son enemigos del pueblo”.(De la justa solución de
las contradicciones en el seno del pueblo).
Conforme se utilice el criterio político o el
criterio social, el concepto de pueblo puede ser amplio o restringido. Por
ejemplo, en el Brasil, según el criterio social, las masas populares están
constituidas actualmente por las masas proletarias y campesinas y por la parte
de pequeña burguesía que trabaja y vive de su trabajo. Según el criterio político
el pueblo brasileño podría estar formado además de las masas trabajadoras por
otras clases y capas desde que se define que las tareas esenciales en la actual
etapa de la revolución son el combate al imperialismo y al monopolio de la
tierra. En este caso, formarían parte del pueblo brasileño actualmente, también
los sectores de la pequeña burguesía que explotan, pero que apoyan una
revolución anti-imperialista y anti-feudalista, y hasta la mediana burguesía,
clases esencialmente explotadoras, pero que pueden apoyar, como decía Stalin:
“hasta cierto grado y por un cierto periodo el movimiento revolucionario de su
país contra el imperialismo”.
El segundo motivo por el cual el método de línea de
masas exige una línea de clase y un punto de vista de clase, es que existen
contradicciones en el seno de las masas. Si las masas están formadas por clases
y capas sociales diferentes, es claro que existen contradicciones en su
interior. ¿De qué naturaleza son esas contradicciones? Es preciso distinguir
las contradicciones entre las masas trabajadoras, sobre todo las
contradicciones entre proletarios y campesinos que son contradicciones no antagónicas,
esto es, son contradicciones conciliables objetivamente y que por lo tanto
pueden ser resueltas de modo específico desde que se adopta una táctica
correcta. Las contradicciones entre trabajadores y explotadores (en el caso de
que estos estuvieran incluidos en el seno del pueblo por la aplicación del
criterio político), son contradicciones que presentan, además de un aspecto antagónico
natural, un aspecto no antagónico, resultante de las condiciones especiales
creadas por la alianza contra el enemigo común.
De cualquier modo, si existen contradicciones en el
seno de las masas populares, ya que contradicciones no pueden dejar de existir
en las sociedades de clases, porque las masas en esas sociedades están
constituidas por capas y clases diferentes, entonces ¿desde el punto de vista
que qué clase, desde el punto de vista de qué intereses básicos deben éstas
contradicciones ser tratadas y solucionadas? Ahora se puede comprender todavía más
fácilmente porque la aplicación correcta de una línea de masas depende de que
se tenga una línea de clase y un punto de vista de clase claros. Nuestra
respuesta es: Las contradicciones secundarias que existen en el seno del pueblo
pueden ser solucionadas teniéndose en consideración, principalmente, el interés
de las masas básicas y dentro de estas,
los intereses y puntos de vista de clase del proletariado.
¿Cuáles son las masas básicas? Son las masas
esencialmente trabajadoras. En el Brasil son las masas constituidas por
nuestros millones de obreros urbanos, asalariados agrícolas, los campesinos y
sub - proletarios. A éstas masas básicas podemos y debemos unir de un modo
esencial, ciertos sectores de la pequeña burguesía, sobre todo los sectores
semi - proletarios y su juventud. Sin embargo, siempre que hablemos de las
masas populares o de masas, sin ninguna reserva, es de las masas básicas
trabajadoras y explotadas de las que estamos hablando. Los principios, las
actitudes y los métodos de línea de masas precisan ser adaptadas antes de que
puedan ser extendidos a otros sectores de la pequeña burguesía.
Pero no basta tener en cuenta los intereses de las
masas básicas para solucionar correctamente las contradicciones en el seno del
pueblo. Es preciso aún, considerar todas las cuestiones de la lucha de masas y
de línea de masas desde el ángulo de los intereses y el punto de vista de clase
del proletariado ¿por qué?, porque el proletariado es la única clase
radicalmente revolucionaria. O como escribieron Marx y Engels en el Manifiesto
Comunista: “Es la única clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases
van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria, en tanto
que el proletariado es su producto más peculiar”.
¿No habrá una contradicción entre pretender guiarse
por los intereses de las masas trabajadoras en su conjunto y al mismo tiempo
pretender orientarse por los intereses del proletariado? NO, porque, por un
lado las masas populares solo se liberaran enteramente abrazando la perspectiva
de la clase proletaria, encaminándose hacia el socialismo. Y por otro lado,
porque la clase obrera es la única clase que solo se liberara liberando a todos
los trabajadores, acabando con la división de la sociedad en clases; y ello
solo lo podrá hacer manteniendo los vínculos más estrechos con las amplias
masas populares, sobre todo con las masas campesinas. Luego hay un interés mutuo
en que los vínculos entre las masas obreras y las otras masas trabajadoras sean
lo más estrechos posible. Por consiguiente la vanguardia política de la clase
obrera, su Partido, se debe ligar estrechamente no solo a las masas obreras,
sino también a las amplias masas trabajadoras.
De todo lo que se ha dicho, pueden ser sacadas dos
conclusiones principales: Línea de masas y línea de clase son dos conceptos y
dos métodos que dependen uno del otro y se complementen mutuamente; línea de
masas es un método dedirección que solamente puede ser realmente aplicado por
la organización y por los cuadros que tengan la posición de clase del
proletariado y se coloque el punto de vista del proletariado.
3.
LA LÍNEA DE MASAS NO SE OPONE AL PAPEL DIRIGENTE DEL PARTIDO
Aparentemente el método de línea de masas es
espontaneísta. Afirma que las masas son las que hacen la historia; que las
masas pueden liberarse a sí mismas; que es preciso partir de la idea y
aspiraciones de las masas. Aparentemente, por lo tanto, niega la función de la
teoría revolucionaria y el papel dirigente del Partido.
En realidad, sin embargo, la línea de masas no se
opone a la teoría revolucionaria; se opone a toda teoría desligada de la
práctica de masas. No se opone al papel dirigente del Partido, se opone a que
el Partido ejerza de una forma subjetivista, autoritaria y burocrática. Línea
de masas no significa que se debe hacer todo lo que las masas quieran. Uno de
los principios de la línea de masas es que se debe distinguir las ideas
verdaderas de las ideas falsas de las masas para aceptar y sistematizar las
ideas verdaderas y criticar las ideas falsas. Cuando se propone la línea de
masas es para garantizar una dirección acertada del Partido sobre las masas y
no para abandonar la dirección del Partido sobre las masas. Solo se insiste en
que el Partido revolucionario profesional no puede sustituir a las masas y que estas deben participar activamente
de la lucha.
Luego, el papel de las masas y el papel del Partido
no se excluyen, se complementan. El Partido necesita de las masas, las masas
necesitan del Partido. Hay una gran diferencia entre masas conscientes y
organizadas y masas inconscientes y desorganizadas. Las masas populares solo se
podrán liberar elevando su nivel de conciencia y de organización. Sin una
dirección firme y un trabajo correcto del Partido, las masas no pueden tornarse
conscientes y organizadas y seguir el camino justo de la lucha. Mao Tse Tung escribió:
“Por mas activo que sea el grupo dirigente, su actividad se reducirá a un
esfuerzo infecundo de un puñado de personas si ella no estuviere ligado a la
actividad de las grandes masas. Pero, por otro lado, la actividad de las
grandes masas que no sea organizada como conviene por un fuerte grupo
dirigente, no se puede mantener por mucho tiempo. Tampoco se desarrollan en una
dirección justa y alcanzan un grado más elevado” (A propósito de los métodos de
dirección).
Por lo tanto, no se puede oponer el papel creador y
decisivo de las masas, al papel dirigente del Partido, se debe combinar. ¿Cómo
combinar el papel de las masas con el papel de la vanguardia, con el papel del
Partido? Este es todo el problema de la línea de masas que es el método de la
vanguardia del Partido, para dirigir correctamente la lucha de las masas. Por
ahora queremos llamar la atención hacia tres puntos:
En primer lugar, el Partido marxista-leninista es
la vanguardia organizada del proletariado y la vanguardia forma parte de las
masas. Así el Partido no está por encima de las masas, es el dirigente político
de las masas populares, pero es al mismo tiempo un instrumento de liberación de
esas masas. Es el comando de la lucha pero al servicio de la clase obrera y de
las masas trabajadoras en general.
En segundo lugar, el Partido debe continuar ligado
a la clase obrera y a las masas trabajadoras en general. El lazo del Partido
con las masas debe ser estrecho e indestructible, este principio es la base de
la construcción del Partido según Lenin.
En tercer lugar, el Partido debe comprender bien su
función ¿Cuál es la función del Partido? ¿Monopolizar todo el trabajo? ¿Luchar
en lugar de las masas? ¿Dar a las masas su liberación como favor gratuito? Esto
no sería posible ni es esta la función del Partido. La función del Partido no
es de sustituir a las masas, sino de dirigir a las masas, esto es, movilizar,
educar y organizar a las masas para que ellas luchen por su propia cuenta.
Conclusión: La línea de masas no se opone al papel
dirigente del Partido. La dirección del Partido esta al servicio de la lucha de
masas y la línea de masas es el método para que el Partido ejerza su papel
dirigente.
4.
LA LÍNEA DE MASAS NO SE OPONE AL PAPEL DIRIGENTE DE LOS LIDERES
La concepción marxista de la historia, que es la base
teórica del método de la línea de masas, es incompatible con la veneración
ciega a las personalidades destacadas, con la idea de atribuirles la capacidad
ciega, absurda de hacer la historia según su arbitrio contando solo con sus fuerzas. La exageración
del papel y de los méritos de los dirigentes rebaja el papel de las masas
populares como creadoras de la historia y el papel del Partido como dirigente y
organizador colectivo de las masas. Además de eso ejerce una influencia nociva
sobre la educación de las masas; detiene la iniciativa y la energía de las
masas trabajadoras, desarrolla en ellas una actitud de expectativa pasiva,
alimenta las falsas concepciones que las llevan a esperar que las tareas que
tienen por delante puedan ser resueltas por algún misterioso ‘salvador’, casi
las dispensa de la obligación de pensar por sí mismas, de tener iniciativa, de
crear, de influir activamente en los acontecimientos. En el seno del Partido,
la exageración del papel y la adulación servil de los dirigentes, entorpecen la
crítica y la autocrítica, deforman el centralismo democrático, atribuyen a los
dirigentes derechos excesivos; en suma llevan a la violación de las normas
leninistas para la vida partidaria, normas que ayudan a las masas a participar
activamente del movimiento revolucionario y ayuda a los dirigentes a aprender
con las masas. En lugar de esas normas surge una práctica que mina ya no solo
el deseo, sino la propia posibilidad de que las masas trabajadoras manifiesten
iniciativa y desarrollen su actividad creadora.
Todo eso es indiscutible y muy importante. Pero no
debemos confundir estos puntos de vista correctos con la teoría revisionista de
la llamada lucha contra el culto a la personalidad. Esta teoría tiene una base
idealista. Coloca el problema del ‘culto a la personalidad’ de un modo
simplista e incorrecto que lleva a, en último análisis, ya se tenga conciencia
de eso o no, a la tesis de que “las grandes personalidades son la fuerza motriz
de la historia”. Esto es particularmente visible en el análisis que los
revisionistas contemporáneos hacen de la construcción del socialismo durante el
periodo de dirección de Stalin. Los revisionistas atribuyen todos los errores
cometidos a Stalin, como si un hombre tuviese el poder de hacer la historia
según su arbitrio y solo con sus fuerzas. Con este análisis superficial, los
revisionistas alcanzan su objetivo: dislocar las verdaderas cuestiones, evitan
hacer un análisis realmente científico de los errores y de los problemas de
construcción del socialismo en la Unión Soviética, omiten que estos errores se
pueden repetir, hasta más graves, sin el culto a la personalidad de un hombre,
desde que se forja y desarrolla una burocracia desligada de las masas
trabajadoras. Además de eso no identifica las causas profundas de los problemas
que aquejan. Estas causas son: el abandono de la lucha de clases, el abandono
de una línea de masas, las violaciones del centralismo democrático en el
Partido y en el Estado, y sobre todo en la no realización de una revolución
ideológica de masas, profunda y verdadera.
Por otro lado, contraponiendo los dirigentes a las
masas, la teoría revisionista de la llamada ‘lucha contra el culto a la
personalidad’ alimenta las tendencias anarquistas y las concepciones nihilistas
sobre el papel de los dirigentes.
Con esto, los revisionistas debilitan sus lazos con
las masas, socavan su unidad revolucionaria basada al mismo tiempo en la
democracia y en la dirección central. Al contrario del anarquismo y del
revisionismo, el marxismo destaca al mismo tiempo el papel creador decisivo de
las masas y el papel insustituible de los dirigentes de masas. Es urgente, por
lo tanto, restablecer claramente la verdadera teoría marxista-leninista sobre
las relaciones entre dirigentes, partidos, clases y masa.
El curso de la historia es determinado por la lucha
de clases de las masas. Por lo tanto para comprender la marcha de la historia
es preciso partir no de la actividad de un individuo o de los individuos
aislados sino de la actividad de la lucha de las masas, de las clases sociales.
Resumiendo: podríamos decir, la historia es hecha
por las masas populares, las masas se dividen en clases; estas en el curso de
la lucha de clases, organizan sus partidos políticos; los partidos a lo largo
de muchos años de lucha, destacan poco a poco del seno de las clases y de las
masas, un núcleo dirigente mas o menos estable, formado por sus cuadros mas
experimentados, capaces y activos (ver al respecto Lenin, La enfermedad
infantil del izquierdismo en el comunismo).
¿Cuál debe ser entonces la actitud de los
verdaderos líderes y representantes de la clase obrera? ¿Ellos deben colocarse
por encima de la clase obrera y por encima de las masas obreras o trabajadoras en
general? NO, los verdaderos dirigentes del proletariado no se colocan por
encima del Partido, sino dentro del Partido, son modelos de disciplina
conciente y de subordinación a la organización, a las normas del Partido. Los
verdaderos dirigentes del Partido tampoco se colocan por encima de las masas sino
entre las masas; son modelos de ligazón estrecha con las masas y del espíritu
de servir a las masas de todo corazón, total y completamente.
¿Cual es, por otro lado, la función de esos
dirigentes? ¿La de sustituir al Partido, a la clase obrera y a las masas?
Evidentemente NO. El papel de esos dirigentes en la historia consiste en que
ellos organicen a las masas, coloquen delante de ellas determinadas tareas y
las movilicen con entusiasmo y tenacidad para su solución. Es en el apoyo activo de las masas y clases que ellos representan
en donde reside su fuerza.
¿Los dirigentes pueden cumplir con su papel
desconociendo y violando las leyes objetivas del desarrollo histórico? NO. La
actitud de todos los hombres, inclusive de los grandes hombres, se desenvuelve
en determinadas condiciones materiales y sociales. Los grandes hombres son
grandes no porque estén encima de esas leyes, sino exactamente porque saben
utilizarlas. Los grandes hombres son grandes precisamente porque antes o mejor
que los otros comprenden la marcha del proceso histórico, toman conciencia de
las exigencias del desarrollo de la sociedad y aprenden como satisfacer esas
exigencias.
El papel del dirigente, de los grandes líderes, no
se opone por lo tanto al papel creador de las masas. Exactamente porque los
líderes no son creadores, sino dirigentes: no son los creadores de los
conocimientos y movimientos históricos, sino organizadores y dirigentes de las
masas, de las clases que son las verdaderas fuerzas motrices de la historia.
Por otro lado, sin embargo, la clase obrera y las grandes masas trabajadoras no
podrán encontrar el camino de su liberación sin la dirección firme y
esclarecida de un Partido, y este Partido es imposible sin dirigentes capaces y
templados en la lucha. Luego, el papel dirigente de los lideres no es casual,
corresponde a una necesidad histórica objetiva; y cuanto más activamente las
masas intervienen en la historia, tanto más apremiante se torna la necesidad de
jefes lucidos y activos.
Lenin escribió: “Ninguna clase de la historia
alcanzó el poder sin destacar sus jefes políticos y sus representantes
avanzados, capaces de organizar el movimiento y dirigirlo” (Obras Completas,
Tomo 4, Pág.345).
Conclusión: La línea de masas no se opone al papel
dirigente de los grandes líderes. Al contrario, exige cumplimiento de ese papel
y constituye exactamente un método por el cual los dirigentes pueden ejercer su
función de modo correcto y efectivo.
Después de la crítica de los desvíos posibles en la
comprensión de la línea de masas, podemos dar ahora algunos pasos más en su
estudio, examinando sucesivamente las tres condiciones principales para que se
pueda seguir realmente una línea de masas en el trabajo revolucionario, a
saber: Tener conceptos claros y correctos sobre el papel de las masas, tener
actitudes firmes y correctas para con las masas; tener métodos simples y
apropiados para el trabajo de masas.
PRIMERA CONDICIÓN: TENER UNA CONCEPCIÓN CORRECTA
DEL PAPEL DE LAS MASAS.
Si la línea de masas es un método de dirección, ¿por
qué es necesario para conocerlo y ponerlo en práctica, estudiar además de las
cuestiones de método propiamente dichas, los conceptos sobre las masas y las
actitudes que se debe tener para con ellas? Porque aunque la línea de masas sea un método
de dirección, su aplicación no es cuestión puramente técnica; es por encima de
todo, una cuestión ideológica, una cuestión de posición de clase, del punto de
vista de clase, de sentimiento de clase.
Por esto, para comprender realmente y aplicar
realmente una línea de masas, es preciso
asimilar bien los fundamentos teóricos y tomar realmente sus actitudes
ideologías, sin las cuales las cuestiones de método no podrán ser de hecho
resueltas.
Los fundamento teóricos de la línea de masas pueden
ser resumidas en las tesis marxistas de que las masas populares, las masa
trabajadoras son las verdaderas creadoras de la historia. Esta tesis
desenmascara las teorías fatalistas donde los hombres no pueden ejercer ninguna
influencia en el curso de los acontecimientos. Los hombres estarían sometidos a
la fuerza ciega y misteriosa de un destino preestablecido. Las teorías
fatalistas niegan el papel creador de las masas, niegan que las masas tengan la
posibilidad de intervenir de manera decisiva en el desarrollo de la sociedad.
Según las teorías idealistas los hombres pueden influir en el curso de la
historia, pero son llamados “grandes hombres”, los representantes de las clases
explotadoras, los emperadores, reyes, gobernantes, generales, etc. Los hombres
simples del pueblo son representados por una multitud estúpida y sin
iniciativa, una plebe ignorante e incapaz que se presta a servir de materia
prima para que los “grandes hombre” forjen la historia.
Tanto las teoría fatalistas cuanto las teorías
idealistas desprecian el papel de las masas populares en el desarrollo y
progreso de la sociedad y parten del supuesto erróneo de que el desarrollo
social se procesa al margen de la lucha productiva y de la lucha de clases de
las inmensas masas de trabajadores. No son teorías científicas sino
concepciones ideológicas que las clases dominantes utilizan para justificar su
dominio e intentar destruir la fe de las masas en si mismas y en su capacidad
creadora.
La teoria marxista sustenta el punto de vista
diametralmente opuesto de que las masas son las verdaderas protagonistas de la
historia y la fuerza decisiva del desarrollo social. ¿Cómo demostrar este punto
de vista fundamental? Analizando el papel de las masas en proceso productivo,
en la lucha y en el desarrollo de la cultura.
1.-El papel de las masas en el desarrollo
económico de la sociedad
En ultima instancia la historia de la sociedad es
la historia de la producción de bienes materiales sin los cuales la sociedad no
podría sobrevivir ni un día siquiera. Ahora bien, las masas trabajadoras son
las que producen todos los bienes materiales, ciudades y edificios, usinas y
fabricas, calles y puentes, maquinas y vehículos, ropa y calzados, alimentos y
aparatos domésticos; todo aquello sin lo que la existencia de la humanidad
seria inconcebible.
La naturaleza de las clases que componen la masa de
los productores cambia conforme el modo de producción de la sociedad, pero la
actividad laboriosa y diaria de millones de hombres simples siempre fue y será
la primera condición, la base material del desarrollo histórico; Engels señala:
“Cualquiera que sean las modificaciones que ocurran en la capas superiores, no
productoras de la sociedad, la sociedad no puede existir sin la clase de los
productores. Por lo tanto esta clase es necesaria bajo cualquier condición,
aunque debe llegar el tiempo en que ella no será mas clase, pues abarcará a
toda la sociedad” (Marx y Engels, Obras completas, Tomo 15, Pág. 592)
La actividad productiva de las masas ya seria
suficiente para obligarnos a reconocer en ellas las verdaderas creadoras de la
historia. Pero el papel de las masas en el desarrollo social no se limita a su
trabajo productivo.
2.-El papel de las masas en el desarrollo
político de la sociedad.
El papel de las masas en la vida política es también
decisivo. Esto no puede aparecer muy claramente en los periodos relativamente pacíficos
de la historia, cuando el papel de las masas populares en la vida política de las
sociedades explotadoras es restringido por todos los medios.
En estos periodos, las clases dominantes,
utilizando todas las armas de coerción policial y dominación ideológica, se
esfuerzan para reducir al mínimo el papel de las masas en la política, se
esfuerzan para aplastar su actividad política u orientarla en un sentido
inofensivo al régimen dominante, como esta aconteciendo en el Brasil. Pero en
las horas de las mas grandiosas pruebas nacionales, la causa siempre ha sido
decidida no por un puñado de explotadores, sino por el pueblo, por las masas
que se han erguido abnegadamente en armas en defensa de la patria ocupada por
invasores extranjeros o en la lucha por la independencia de antiguas colonias.
Y en esas horas gran parte de los explotadores se tornan inclusive cómplices de
los invasores, como ocurrió durante la ocupación nazi de Europa y ahora en el Vietnam, con la invasión de los
imperialistas americanos.
Por otro lado, en los periodos de la revolución
social, el papel activo y creador de las masas se manifiesta con fuerza
particular. Las masas populares siempre fueron la fuerza principal, que ha
decidido la suerte de las revoluciones y de los movimientos políticos. Claro
esta que en las revoluciones prosocialistas, el pueblo no recibía los frutos de
su lucha. Era la fuerza principal, no era la fuerza dirigente. Planteaban
revoluciones prosocialistas, el trabajo y la lucha de las masas trabajadoras ya
eran los factores de desarrollo mas importantes.
3.-El papel de las masas en el desarrollo
cultural de la sociedad.
Los ideólogos reaccionarios ponen un ardor especial
en negar la capacidad creadora de las masas sobre todo en el campo de la
cultura. Se empeñan en sustentar que las masas no tienen ninguna participación
en el desarrollo de las ciencias y de la técnica, de la literatura y del arte,
sostienen que ese desarrollo sería apenas resultado del trabajo de algunos hombres
geniales. Según tales ideólogos, las formas complejas y superiores del trabajo
intelectual, ligadas a la dirección de la economía y la política y a la
creación cultural, serian inaccesibles a las masas de trabajadores y solo estarían
al alcance de la llamada “elite intelectual”, esto es de los representantes y
servidores de de las clases dominantes.
Es preciso atribuir los meritos debidos a los
genios y personalidades destacadas. Pero es preciso reconocer igualmente que
los trabajadores traen al desarrollo de la cultura una contribución
inapreciable. En primer lugar, las masas trabajadoras colocaron y colocan, con
el producto de su trabajo, las bases materiales de toda cultura espiritual. En
segundo lugar, las masas populares colocaron también las propias bases
culturales de todo el desarrollo posterior de la cultura. Así la literatura y
el arte se desarrollaron durante largo tiempo, exclusivamente como creación
popular. Aun hoy, la creación popular encierra un valor artístico independiente
y representa un tesoro inagotable de inspiración para los grandes escritores y
artistas. La creación popular lanzó también las bases de la técnica y de la
ciencia. Quedamos sorprendidos con las conquistas de científicos e
investigadores de talento que descubrieron nuevas fuentes de energía e inventaron maquinas extraordinarias y
materiales nuevos, y así transformaron nuestra vida. Sin embargo, deberíamos
admirar aun mas las primeras hazañas creadoras de las masas, que en el trabajo
cotidiano y anónimo arrancaron los primeros secretos de la naturaleza,
conquistaron el fuego, descubrieron los procesos de domesticación de animales,
cultivaron el suelo y fundieron metales, produjeron el perfeccionamiento de los
primeros instrumentos de trabajo, inventaron el lenguaje y la escritura y acumular los conocimientos iniciales sobre
las cosas que circundan a los hombres.
Por lo tanto, en los primeros grados del desarrollo
de la cultura, las masas trabajadoras actuaron como las creadoras de inmediatas
de todos los valores culturales.
La situación
se modificó, como no podía dejar de ser, después de la división de la sociedad
en clases y después d la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo
manual, esto es, después que la actividad en el terreno de la literatura, del
arte, de la ciencia, además de la actividad política o estatal, fue
monopolizado por las clases explotadoras dominantes y por las capas sociales
servidoras de sus intereses. Esas capas y clases, utilizando un sistema
completo de medidas económicas y políticas apartaron a las masas de la cultura
y convirtieron todas las formas de trabajo intelectual en privilegio de las minorías
poseedoras y explotadoras. El mantenimiento de las masas en la ignorancia se
torno una de las consecuencias y una de las garantías del dominio de clases de
los explotadores. En estas condiciones, solo cabe apenas admirar la fuerza y la
inteligencia y la voluntad de tantos millares de trabajadores, los cuales aun
en condiciones tan adversas, supieron revelar su talento, trayendo una contribución
importante a las diversas ramas de la cultura espiritual o aun mismo tornándose
dirigentes políticos eminentes.
De cualquier modo, las masas populares continuaron
siendo la fuerza decisiva del desarrollo cultural aun en las condiciones
desfavorables de las sociedades de explotación, porque: 1.- Son ellas las que
ofrecen la base material del desarrollo cultural, 2.- Los grandes literatos y
artistas siempre se alimentan de la creación espontánea del pueblo, 3.- La
ciencia y la técnica se desarrollan en intima relación con la lucha productiva
y la lucha de clases de las masas.
4.-El crecimiento del papel de las masas es una
tendencia histórica.
La tesis sobre las masas como la fuerza decisiva de
la historia rd justa para cualquier época y lugar. Sin embargo, es preciso
encarar la actividad de las masas como una actividad en desarrollo. De época en
época cambian las condiciones sociales en las que se desenvuelven el trabajo y
la lucha de las masas trabajadoras, y con eso se modifica su papel y su influencia
en la vida y en el desenvolvimiento de la sociedad. La dirección general de
estas modificaciones consiste en el crecimiento de la participación activa y de
la influencia de las masas trabajadoras en los diferentes aspectos de la vida
social, y sobre todo, en la vida política.
Este aumento del papel de las masas corresponde a
una ley objetiva del desarrollo histórico: cuanto mas profundas son las
transformaciones sociales, cuanto mas serias son las tareas colocadas delante
de la sociedad; tanto mayores y mas activas deben ser, y son , las masas de
hombres que toman parte en el proceso histórico. Marx escribió: “Juntamente con
la profundidad histórica aumentara el volumen de las masas en ellas interesadas”
(Marx y Engels, Obras Completas, Tomo II, Pág. 9). En las sociedades
esclavistas y en las sociedades feudales los trabajadores eran privados de los más
elementales derechos humanos, sus fuerzas creadoras impiadosamente aplastadas.
Los esclavistas y los señores feudales concentraban en sus manos los asuntos políticos,
la ciencia y las artes, mantenían a las masas en la ignorancia y en el
conformismo, destinándolas apenas a los trabajos pesados. En consecuencia, la actividad
de las masas era relativamente pequeña, sus opciones contra los explotadores, por
mas heroicas que hayan sido (como tantas revueltas de esclavos e insurrecciones
campesinas), solo podían tener éxito temporal y relativo.
Con el capitalismo fueron creadas las premisas
materiales para la liberación de todos los trabajadores, para la eliminación de
la explotación de clase. Surgió la gran explotación mecanizada y con ella la
clase obrera, la clase mas consciente, mas organizada y mas avanzada de todas
las clases oprimidas de la historia. Esta clase tiene ante si una tarea
histórica inmensa y única: la construcción de una sociedad sin clases. La
realización de una tarea de tal magnitud seria inconcebible sin la mas amplia y
mas activa participación de millones y millones de trabajadores, antes y
después de la toma del poder por la clase trabajadora.
La burguesía ve en ese aumento de la influencia y
de la acción de las masas, una calamidad y una amenaza al hombre. Sus ideólogos
repiten con pánico que la humanidad va a ser sumergida en la “sociedad de
masas” y en el dominio de la multitud. Los revolucionarios proletarios ven en
ese aumento, en la incorporación de millones de trabajadores; la creación
histórica, y conscientes, consideran este hecho como el viraje más importante
en la historia de la humanidad. Un ejemplo vivo de ese viraje y de la tendencia
histórica del aumento del papel creador de las masas es la gran revolución
cultural proletaria de China, el movimiento histórico que ya alcanzó el mayor
nivel de participación activa y conciente de las masas.
Saludamos con entusiasmo y sin reserva el despertar de las masas
trabajadoras.
SEGUNDA CONDICION: TENER UNA ACTITUD CORRECTA PARA
CON LAS MASAS
Tener conceptos claros sobre el papel de las masas trabajadoras
no basta. Es necesario tener métodos eficaces para el trabajo entre las masas.
Y es necesario, por encima de todo, tener actitudes correctas para con las
masas.
Hay una ligazón estrecha entre conceptos, actitudes
y métodos. No se puede tener verdaderos conceptos sobre las masas sin un cambio
de actitudes ideológicas y de posición de clase. A su vez, los métodos de
trabajo son aceptados y puestos en práctica según los conceptos que se tienen
sobre las masas y según las actitudes que se tienen para con las masas.
Por otro lado, sin embargo, se puede tener
conceptos verdaderos sobre las masas y actitudes correctas para con las masas
sin que ellos se traduzcan en métodos de trabajo correspondiente. Por
consiguiente, hay una relación estrecha entre los tres aspectos de la línea de
masas. Pero el aspecto decisivo principal, es el aspecto de las actitudes ideológicas
para con las masas. Las actitudes ideológicas constituyen un test decisivo de
los conceptos vivos que se tienen en la cabeza sobre las masas; y sin actitudes
ideológicas realmente proletarias para con las masas es imposible sistematizar
y poner en práctica métodos correctos para el trabajo entre las masas. Por lo
tanto, sin una transformación ideológica profunda, sin una revolución
ideológica que alcance a los militantes en lo que ellos tienen de más íntimo,
es imposible poner en práctica una verdadera línea de masas.
¿Cuáles son las principales actitudes que debe
tener un verdadero revolucionario proletario frente a las masas?
1.-Tener entera confianza en las masas.
Buen número de revolucionarios dice de la boca para
afuera que las masas trabajadoras son las que crean la historia, pero cuando se
lanzan en el trabajo práctico se olvidan de eso o se resisten a reconocerlo.
Cuando enfrentan dificultades, no confían en que
las masas pueden resolverlas; recurren al pequeño grupo de individuos
considerados inteligentes o capaces. Hay algunas personas que se dicen
revolucionarias, que llegan a depositar su esperanza en la generosidad de las
clases explotadoras o en la buena voluntad e iniciativa de los políticos de la burguesía.
Los que así proceden están fatalmente errados.
Es preciso confiar en las masas. Es preciso confiar
enteramente en las masas. Es preciso acreditar firmemente que solo la lucha
heroica e indomable de las masas y de su vanguardia garantizará el triunfo. Es
preciso acreditar firmemente, inclusive, que las masas son las que deciden la
guerra, no las ametralladoras. Como dice Mao Tse Tung: “Las armas son un factor
importante, mas no decisivo de la guerra. El factor decisivo es el hombre y no
el material” (De la guerra prolongada). Es preciso acreditar firmemente en la
capacidad creadora ilimitada de las masas. Las masas solo precisan ser
despertadas y organizadas; después ellas harán milagros. Tener entera confianza
en las masas es recurrir a ellas y poner todas las esperanzas en su
inteligencia, en su iniciativa, en su imaginario, en su coraje, en su voluntad
revolucionaria.
2.- Apoyarse en las masas
Quien esta realmente convencido de que las masas
son las que hacen la historia, o quien tiene realmente entera confianza en el
poder de las masas, apoya todo su trabajo en las masas. Confiarse al pueblo,
unirnos e identificarnos con él y apoyarnos en él y ningún enemigo podrá
vencernos, y nosotros por el contrario, podremos derrotar a cualquier enemigo. Mao Tse Tung pregunta:
“¿Cuál es la muralla verdaderamente indestructible? Son las masas, los millones
de hombres que, de todo corazón, con todos sus pensamientos, sostienen la revolución.
Esta es la verdadera muralla que ninguna fuerza podrá jamás destruir. La
contrarrevolución no podrá aplastarnos; nosotros los aplastaremos. Cuando hayamos
reunido millones y millones de hombres en torno al gobierno revolucionario y
desarrollado nuestra guerra revolucionaria, aniquilaremos cualquier contrarrevolución
y nos tornaremos señores de la China entera” (Preocuparse por las condiciones
de vida de las masas y prestar mas atención a nuestros métodos de trabajo).
Por consiguiente, debemos unirnos estrechamente a
las masas y recurrir siempre a su creatividad y a su iniciativa. ¿Qué significa
apoyarse en las masas?
Significa apoyarse en ellas para realizar el
trabajo revolucionario en todos sus aspectos y en todas las etapas de la revolución.
He aquí algunos ejemplos. Significa apoyarse para basar la lucha armada en las
masas y no en las armas, comprendiendo que la guerra revolucionaria es una
guerra de las masas populares y comprendiendo que: “Las grandes fuerzas de la
guerra tienen sus fuentes profundas en las masas populares” (Mao Tse Tung, La
guerra prolongada). Significa hacer la reforma agraria aun después de
conquistar el Poder en escala nacional, no por medio de órdenes y decretos
administrativos, sino apoyándose en las masas populares campesinas. Significa
contar principalmente con las propias fuerzas y con el apoyo de las masas de
nuestro pueblo y solo secundariamente con la ayuda externa. Significa construir
el socialismo apoyándose principalmente en las masas y solo secundariamente en
los especialistas y técnicos. Significa no temer el bloqueo de los
imperialistas ni de asustarse con la política desleal de los revisionistas,
sino apoyarse en las masas para resolver todas las dificultades que
sobrevengan.
Tener o no tener confianza en las masas, apoyarse o
no en las masas es una cuestión fundamental para el futuro de la revolución
brasileña. Si tenemos confianza en las masas y nos apoyamos en ellas,
enfrentaremos con entusiasmo todos los sacrificios, venceremos todas las
dificultades y la revolución brasileña avanzará. Si no tenemos confianza en las
masas y no nos apoyamos en ellas, nuestras dificultades aumentarán cada vez más
y sufriremos derrotas y fracasos repetidos. Sin embargo, ¿Qué significa
apoyarse en las masas? Significa movilizarlas intensamente con audacia y sin
reserva.
3.- Movilizar a las masas con audacia y sin reserva
Es imposible hacer una revolución sin la acción
directa de las masas. Será imposible hacer la revolución brasileña sin la acción
directa de las masas obreras, campesinas, sin la participación directa de las
masas populares mas amplias.
Luego, es preciso lanzarse al trabajo de movilizar
y organizar con coraje y entusiasmo a las masas populares. No se debe tampoco
dejar de saludar con entusiasmo las acciones revolucionarias espontáneas de las
masas y se debe tratar de tomar parte en ellas y dirigirlas activamente. Los
que combaten esos puntos de vista abiertamente son contrarrevolucionarios
declarados. Los que combaten esos puntos de vista veladamente o los que sobre
ellos dudan, apoyan de boca, pero en realidad temen a la lucha de masas, son
contrarrevolucionarios disfrazados o revolucionarios vacilantes.
Los verdaderos revolucionarios proletarios no
tienen miedo de las masas, no tienen miedo de los movimientos de masas. Por el
contrario, aplauden y elogian todos los movimientos revolucionarios de las masas; encabezan en todos los momentos
los movimientos de masas y tratan de dirigirlos por la vía correcta. Los
verdaderos revolucionarios proletarios siempre dirigen los movimientos de masas
con una actitud de audacia y confianza; sin miedo de lo que viene por el frente
ni de lo que esta atrás.
Los oportunistas de derecha, sin embargo, tratan de
frenar el movimiento de masas, de empujarlos hacia atrás. Quieren que el
movimiento transcurra siempre en una marcha cierta y tranquila según las normas
y planes prefijados. Si ocurre algún imprevisto o le movimiento sobrepasa los límites
que ellos arbitrariamente trazaron, los oportunistas exclaman: “Esto es
desorden”, “esto no es correcto”, etc. Esas quejas de los oportunistas reflejan
el miedo y la cobardía de los burgueses ante las masas. Es preciso recordar a
esta gente, como Mao Tse Tung, que: “La revolución no es un banquete de fiesta;
ella no es hecha como una obra literaria, un diseño, un bordado, ella no puede
ser hecha con tanta elegancia, tranquilidad y delicadeza; con tanta dulzura,
amabilidad y cortesía, tanta generosidad de alma. La revolución es un
levantamiento, un acto de violencia por el cual una clase derrumba a otra”.
(Relatorio sobre la investigación hecha en Hunan)
Hay también los vacilantes, los medrosos y
pesimistas. Mao Tse Tung los describe así: “Aquellos que, en periodo
revolucionario, solo saben seguir por el camino rutinario, son absolutamente
incapaces de percibir el entusiasmo de las masas. Son ciegos, ven todo oscuro.
A veces llegan al punto de invertir los hechos y hacer pasar lo blanco por
oscuro. ¿Quién no conoce suficientemente gente así? Los que solo saben seguir
los caminos ya trillados y subestiman el entusiasmo del pueblo. Cuando una cosa
nueva aparece, ellos no lo aprueban jamás. Ellos se oponen. Después reconocen
su error y hacen alguna autocrítica, pero en seguida en presencia de otra cosa
nueva, ellos se comportan de la misma manera, retomando esas dos actitudes. Es
de esta manera como ellos reaccionan delante de toda cosa nueva. Están siempre
en estado de pasividad. No avanzan jamás en los momentos decisivos. Precisan
recibir un gran golpe en las costillas para que den un paso al frente” (Este
Cantán realizo la cooperación agrícola en dos años). Es preciso recordar a esa
gente, que los movimientos de masas, al desarrollarse y alcanzar un auge,
siempre ponen a prueba a los Partidos revolucionarios, a los militantes
revolucionarios, que son obligados a tomar posición. Esta es la hora decisiva.
Mao Tse Tung decia en 1972: “¿Colocarnos frente a los campesinos y dirigirlos?
¿Quedar detrás de ellos contentándonos con gesticular y criticarlos? O
¿lanzarnos delante de ellos para combatirlos? Todo chino es libre para escoger
una de esas tres vías, pero los acontecimientos obligan a cada uno a hacer su elección.
En cuanto a los errores y fallas de los movimientos
de masas, ¿Cuál debe ser la actitud de los verdaderos revolucionarios
proletarios? Debemos combatir los desvíos y criticar las insuficiencias del
movimiento de las masas, pero en el curso del propio movimiento y sin
restringirlo. No debemos olvidar que no hay camino revolucionario que sea
directo y cierto. El camino de la revolución es siempre tortuoso y siempre
comporta vueltas y desvíos, altos y bajos, derrotas pasajeras y momentos de crisis.
La cuestión, sin embargo, es muy simple; movilizar a las masas sin reservas y
al mismo tiempo esforzarnos para dirigir cada vez mejor el movimiento de masas
cometiendo menos errores y corrigiendo los errores cometidos cada vez mas
rápidamente y mas completamente.
Osar movilizar a las masas sin reserva y
desarrollar vigorosamente el movimiento de masas no es una cuestión cualquiera.
Es la cuestión central de la línea de masas y la base de todo el trabajo
revolucionario. Por eso, tener o no tener confianza en las masas, apoyarse o no
en ellas, osar movilizarlas sin reserva, es la línea de demostración y demarcación
entre los verdaderos revolucionarios y los falsos revolucionarios.
¿Qué es preciso para movilizar intensamente a las
masas? Identificarse con las masas, amar
ardientemente a las masas y servir al pueblo de todo corazón, aprender con las
masas y respetar su espíritu de iniciativa, ayudar a las masas a organizarse y
dirigir sus luchas.
4.- Identificarse estrechamente con las masas y
sentir como suyos los sufrimientos y las alegrías de las masas.
Tener confianza en las masas, apoyarse en ellas y
movilizarlas sin reserva y con audacia son las tres actitudes principales para
con las masas. Sin estas actitudes es inconcebible una línea de masas. Pero
esas actitudes se combinan con otras no menos importantes. Una de ellas es
identificarse profundamente con las masas al punto de participar realmente de
todas sus alegrías y de todos sus sufrimientos. Es tener un profundo respeto y
cariño para con las masas. Es unirse estrechamente a ellas. En suma, es
comprender que la transformación ideológica además de la formación de ideas y
comportamientos, también comprende una radical transformación de sentimientos
de clase.
5.- Amar ardientemente a las masas populares y
servir de todo corazón al pueblo.
La lucha por la movilización intensa de las masas
enfrenta muchas resistencias y dificultades y exige muchos sacrificios. Nadie conseguirá
realizar este trabajo sin un espíritu de abnegación sin un profundo sentido de
responsabilidad para con las tareas, sin entusiasmo y alegría en el triunfo
final, sin una actitud permanente de olvido total de si mismos y dedicación
total al pueblo, en ultimo análisis, sin la firme decisión de colocar su ayuda
enteramente y completamente al servicio de las masas populares.
En otras palabras, nadie puede movilizar a las
masas enérgicamente, ni ser realmente un revolucionario, sin resolver esta
cuestión esencial: ¿A quien servir? ¿Servir al pueblo o servirse a si mismos?.
El verdadero revolucionario sirve al pueblo, no se separa ni por un solo
instante de las masas. “Parte en todo instante de los intereses del pueblo y no
del individuo o de un pequeño grupo” (Mao Tse Tung, del gobierno de Coalición).
Tiene un afecto sin límites por las masas y los compañeros.
6.- Aprender con las masas y respetar su espíritu
de iniciativa
No seria completa la descripción de la actitud
ideológica que un verdadero revolucionario proletario debe tener frente a las
masas trabajadoras si no llamásemos la atención sobre la necesidad de acabar
radicalmente con la falsa idea de que el revolucionario debe dar todo a las
masas y no tiene nada que recibir de las masas. Es preciso, por el contrario,
insistir en que solo es posible dirigir a las masas correctamente si se respeta
y se estimula su espíritu de iniciativa, y solo es posible enseñar a las masas
después de aprender con ellas.
Respetar la iniciativa de las masas y aprender con
las masas significa acabar con toda actitud presuntuosa y arrogante, acabar con
la actitud de ‘interventor militar’ que solo saben dar órdenes, o de
‘burócratas’ que se quedan en un gabinete. Significa ser modesto alumno de las
masas antes que ser su maestro. Significa no pretender conocer lo que “no se
conoce y no tener vergüenza de consultar a los militantes de nivel inferior o
las masas. Significa oír con interés las opiniones de las masas, tomar notas de
ellas, meditarlas y prestar mayor atención a ellas. Significa más aun, tener el
coraje de estimular el fuego de las críticas y de las masas, tener el coraje de
proceder a la autocrítica regular de las insuficiencias y de los errores de
nuestro trabajo.
Ser un alumno de las masas, significa en suma,
procurar los intereses y las opiniones de las masas. Escuchar no los puntos de
vista de ciertas personas solamente, sino antes escuchar las diversas opiniones
venidas de todos lados. Escuchar no solo a la mayoría, sino también a la minoría.
Escuchar las opiniones aprobadoras, pero también las opiniones desaprobadoras.
En general, aceptamos fácilmente las primeras, pero aceptamos menos fácilmente
las segundas. En general es muchas veces indispensable oír las críticas de los
que critican y desaprueban para hacer un enjuiciamiento en conjunto de la
situación.
7.- Ayudar a las masas a organizarse y dirigir sus
luchas
Esta actitud es la consecuencia última de todo lo
que fue dicho. Movilizar a las masas no es sustituir a las masas, es poner las
masas en movimiento, es ayudar a ellas mismas a organizarse y conducir sus
luchas. Con todo, para que la vanguardia ejerza este papel dirigente sin caer
en una actitud de señor (y no de servidor de las masas)y sin caer en las falsas
pretensiones de sustituir a las masas (y no dirigirlas), es preciso no solo
tener concepto claros sobre el papel de las masas y el papel del Partido de
vanguardia, actitudes correctas para con las masas, pero es necesario también
tener métodos justos para el trabajo de masas.
TERCERA CONDICIÓN: TENER UN MÉTODO CORRECTO PARA EL
TRABAJO DE MASAS
La justa dirección de un Partido revolucionario de
la clase obrera exige que no cese un instante de tomar la movilización sin
reserva de las masas como la base de todo movimiento revolucionario. La línea
de masas es método para la movilización y dirección de las masas. Tener una concepción
correcta sobre el papel de las masas es el aspecto teórico de la educación para
la línea de masas. Tener una actitud correcta para con las masas es un aspecto
ideológico. Tener un método correcto para el trabajo de masas es el aspecto
metodológico. El aspecto teórico es necesario, el aspecto ideológico es
principal y decisivo, mas el aspecto metodológico es también muy importante.
Mao Tse Tung insiste, con razón, en ese punto, al
que a veces no se le da debida atención: “Algunos camaradas no aplican todavía
a fondo una línea de masas en su trabajo, se apoyan siempre apenas sobre un
pequeño numero de personas que trabajan en un frío aislamiento. Una de las
razones de eso es que ellos, por más que hagan no saben explicarse claramente a
las personas que ellos dirigen y no
saben como desarrollar la iniciativa y la fuerza creadora de ellas.
Subjetivamente ellos quieren que cada uno tome parte de un trabajo, pero no dan
a conocer a los otros, ni lo que es preciso hacer, ni como hacerlo. De esta
manera, ¿como querer que cada uno se lance a la tarea y el trabajo sea bien
hecho? Para solucionar este problema el medio esencial es, evidentemente, dar
una educación ideológica sobre la línea de masas, pero al mismo tiempo es
preciso enseñar a esos camaradas muchos métodos concretos de trabajo” (Palestra
para los redactores del Diario de Chansi-Suiyan).
Por lo tanto, es preciso comprender “que no bastan
las tareas, es preciso aun resolver los problemas de los métodos que permitan
cumplirlas” (Mao Tse Tung, preocuparse por las condiciones de vida de las masas
y prestar mas atención a nuestros métodos de trabajo). “Pues dirigir no es
solamente determinar la orientación
general y las medidas particulares de una política, sino también elaborar
justos métodos de trabajo (Mao Tse Tung, Métodos de trabajo de los Comités del
Partido).
Después de haber tratado de los fundamentos
teóricos y de las actitudes ideológicas estudiaremos ahora las cuestiones
propiamente metodológicas de la línea de masas.
1.- La esencia del método de línea de masas: Partir
de las masas para volver a las masas
Los revolucionarios proletarios deben servir al
pueblo. ¿Cómo servir al pueblo? ¿Actuando en su lugar? ¿Concediéndole su
liberación como favor? NO, esto no seria posible. Los verdaderos revolucionarios
proletarios sirven a las masas populares dirigiendo y orientando sus luchas y
sus esfuerzos, no sustituyéndolos.
Entonces, ¿Cómo dirigir la lucha de las masas
populares sin sustituirlas ni pretender monopolizar el trabajo? ¿Concediéndoles
su liberación como favor? NO. Teniéndose el método apropiado de dirección política.
La dirección política de la lucha de masas comprende (abarca) dos momentos o
dos aspectos: el momento de los esfuerzos para llevar a la práctica la política,
las orientaciones y las medidas decididas.
Todo método de dirección debe, por lo tanto,
responder a estas dos preguntas esenciales: 1.- ¿Cómo tener decisiones justas?
2.- ¿Cómo aplicar de modo correcto y eficaz las decisiones tomadas? La línea de
masas, como un método para la dirección política
de la lucha de masas por un Partido proletario, es un método para la justa
elaboración de las decisiones a ser tomadas y un método para la justa
elaboración de las decisiones y aplicaron de la política y las orientaciones
establecidas. Para percibir la esencia de del método de la línea de masas basta
considerar las respuestas que el da a dos problemas esenciales de toda dirección
política, mencionados mas arriba. ¿Cómo tomar decisiones? A través de la práctica
de las masas, esto es, a partir de la vida, de los problemas, de las exigencias
y de las opiniones de las masas. ¿Cómo aplicar las decisiones tomadas? La línea
de masas, a través del Partido, solo puede aplicar su política a través de la práctica
de las masas.
Por lo tanto, el contenido fundamental de la línea
de masas puede ser resumido en la siguiente frase de Mao Tse Tung (Sobre los métodos
de dirección): “En toda actividad practica de nuestro Partido, una dirección
justa debe fundarse sobre el principio siguiente: Partir de las masas para
retornar a las masas. Esto significa que es preciso recoger las ideas de las
masas (dispersas no sistematizadas), concentrarlas (en idea generalizada y
sistematizarlas después en estudios), después ir de nuevo a las masas para
difundirlas y explicarlas Actuar de suerte que las masas las asimilen (…) en la
acción misma de las masas la justeza de esas ideas. En seguida es preciso
todavía una vez más conservar las ideas de las masas y devolverlas a las masas
para una aplicación resuelta. El mismo proceso se proseguirá indefinidamente, tornándose
las ideas cada vez mas justas, más viva y más rica. He ahí la teoría marxista
del conocimiento, y he ahí la ciencia y el arte de la dirección política
marxista.
Una comparación puede ayudar a comprender ese movimiento
fundamental de la línea de masas. Una fábrica textil necesita de materia prima;
digamos que sea el algodón. Este es recogido por las manos de los campesinos y
el recojo es hecho apañando los copos de algodón dispersos. Después del recojo,
los copos de algodón dispersos son reunidos y llevados hasta la fabrica donde
es tejido el hilo, el paño, etc. Los revolucionarios dirigen fábricas políticas,
deben elaborar un producto valioso: La revolución. Para esto necesitan de materia
prima. Esta es ofrecida por las necesidades, exigencias y opiniones de las
masas. Cuando el Partido elabora un programa o una política particular, es para
resolver un problema concreto o para cumplir ciertas tareas inmediatas. Este
programa o esa política no puede servir a las masas y es importante que el
siempre se pregunte: ¿Qué problema de las masas tiene que ser resuelto? ¿Qué
exigencias estén entre las masas? Para conocer los problemas y las aspiraciones
de las masas es preciso recoger sus opiniones. Estas opiniones vienen de todos
los lados, son particulares dispersas a veces falsas, no sistematizadas- como
copos de algodón. La tarea de los dirigentes consiste en concretar, analizar,
criticar y sistematizar esas opiniones dispersas y así elaborar el Programa,
las orientaciones, las medidas, las tareas, los métodos, etc. Esto es lo que
significa partir de las masas. En seguida es preciso difundir y explicar a las masas las nuevas ideas, para
que ellas perciban que las nuevas ideas corresponden a sus ideas perfeccionadas
y perciban como la política del Partido corresponde a sus exigencias y así se
movilicen y organicen para la realización de esa política y de esas ideas. Esto
es lo que significa volver a las masas.
Partir de las masas para volver a las masas, he ahí
el contenido esencial del método de masas. Es preciso jamás perder de vista
este contenido fundamental. Todas las otras cuestiones corresponden al
detallamiento de ese método general. Por ejemplo: ¿Cómo recoger las ideas de
las masas (investigación), sistematizarlas (análisis), como difundirlas y
explicarlas (educación y propaganda),etc.
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