miércoles, 28 de octubre de 2015

LÍNEA DE MASAS Y MÉTODOS DE DIRECCIÓN

Trabajo realizado por los comunistas brasileños.


LA LUCHA REVOLUCIONARIA ES UNA LUCHA DE MASAS
Las masas populares son las verdaderas creadoras de la historia, por eso ellas pueden liberarse a sí mismas. Esta tesis es el punto de partida  necesario de la línea de acción de cualquier partido proletario autentico. Los verdaderos marxistas siempre insistiremos en esta tesis.
Cuando Marx y Engels organizaron la Primera Internacional, le dieron por consigna de combate el principio: “La emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera”. Anteriormente al escribir el MANIFIESTO COMUNISTA, ya habían llamado la atención hacia esa particularidad histórica muy importante: “Todos los movimientos fueron hasta ahora realizados por minorías en provecho de las minorías. El movimiento proletario es un movimiento independiente y consciente de la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría”.
Cuando Lenin dirigía la Tercera Internacional, manifestó la opinión de que “todo Partido que se integre a la tercera Internacional debe convertir en realidad el lema de ligarse estrechamente a las masas”. En otra oportunidad, el escribía: “La revolución socialista no puede ser sino una explosión de la lucha de masas de todos los oprimidos e insatisfechos”.
Mao Tse Tung retomó estos puntos de vista en diversas oportunidades: “El pueblo, solamente el pueblo, es la fuerza motriz, el creador de la Historia Universal” (Del gobierno de Coalición), o sino: “Nosotros sostuvimos siempre que la revolución se debe apoyar en las masas populares; y contar con la participación de todos y siempre nos opusimos a que se quede en la dependencia exclusiva de algunas personas que dan órdenes”. (Palestra para los redactores del Diario de Chansi-Suiyuan).
En suma la concepción marxista de la revolución se opone radicalmente a la concepción blanquista de la revolución. La concepción marxista, aunque sin negar el papel dirigente de una vanguardia organizada en Partido y sin desconocer el papel esencial de las masas y de la clase obrera en el seno de las masas más amplias de todos los trabajadores, destaca la función de decisiva de los movimientos de masas en todo el proceso revolucionario. La concepción blanquista se basa en la suposición de que una revolución puede ser hecha por la insurrección de una pequeña minoría altamente organizada (Engels, El Programa de los comunistas Blanquistas en el exilio).
Partiendo de este punto de vista, los blanquistas sustituyen la actividad de un Partido Revolucionario por la de un grupo secreto de conspiradores, no presta la debida atención a la situación concreta necesaria para la victoria de la insurrección y desprecia los vínculos con las masas, así como el trabajo de propaganda y la organización de las masas. En la práctica terminan negando la propia lucha de clases afirmando que “la humanidad se liberara de la esclavitud asalariada no por medio de la lucha de clases del proletariado, sino gracias al complot de una pequeña minoría de intelectuales”. (Lenin, Obras completas, tomo 13, Pág.36). El blanquismo fue una corriente del movimiento comunista francés encabezado por Luis Augusto Blanqui (1805-1881), destacado revolucionario y representante del comunismo utópico francés. Pero es también una tendencia renaciente siempre, aunque bajo nuevas formas, en el movimiento revolucionario. A todas las manifestaciones del blanquismo, sin embargo, se puede aplicar la crítica que Marx y Engels dirigieran en 1848 a los campesinos franceses: “Para ellos la única condición necesaria para la revolución es una organización suficiente de su propia conspiración. Son los alquimistas de la revolución”.
En el estudio de la línea de masas es necesario partir de la reafirmación clara de esos principios generales, porque han surgido en los últimos días en América Latina varias deformaciones de la verdadera concepción marxista-leninista de la lucha de masas.
Por un lado, existe una interpretación oportunista de la línea de masas, basada en una revisión reformista de la teoría marxista-leninista de la relación entre el papel de las masas y el papel del Partido de Vanguardia. Puede servir de ejemplo de esa deformación oportunista de la línea de masas, la línea y la practica del Partido Comunista (revisionista) de Argentina, con su consigna general: “Rumbo a la conquista del poder a través de la acción de las masas”, o de la línea y la practica del Partido Comunista (revisionista) de Chile, con su consigna general “Las masas son las que deciden todo”. Esta misma deformación oportunista se refleja en la Resolución Política que acaba de ser aprobada por el IV Congreso del Partido Comunista (revisionista) brasileño. La característica mas general de esa deformación oportunista es su interpretación espontaneísta del principio marxista de la lucha de masas; con esta interpretación termina por destruir en la practica cualquier papel dirigente o de vanguardia del Partido Proletario. La esencia oportunista de esa interpretación espontánea se hace evidente cuando se considera la función que ella cumple.
Los revisionistas acuden al principio de la lucha de masas solo para evitar tomar una posición clara en cuanto a la actualidad o no de la revolución y en cuanto al camino armado o no de la revolución. En otras palabras, el esfuerzo, para disfrazar sus posiciones es una característica general de todo oportunismo, y los revisionistas latinoamericanos utilizan y deforman el principio de la lucha de masas solo para disfrazar sus posiciones reformistas.
Por otro lado, sin embargo, se ha desarrollado, en relación a la interpretación oportunista de la lucha de masas, una tendencia subjetivista, aventurera y sectaria, contraria a la línea de masas. Esta tendencia aun no tiene posiciones enteramente claras y sistematizadas; es una tendencia más o menos difusa, pero un artículo recientemente publicado en la revista ‘Punto Final’ (p.34, Santiago de Chile, agosto 1967), bajo el titulo significativo “Política de masas para no hacer nada”, firmado por J.B.M. puede ser considerado como un buen resumen de las posiciones básicas de esa tendencia.
El articulo comienza por una afirmación correcta: “Las masas por sí solas no harán la revolución”. Pero luego agrega: “las masas espontáneamente a través de sus organizaciones, desempeñan un papel importantísimo, colaboran durante el proceso revolucionario en la medida del desarrollo de su conciencia, despertada por la propia lucha de la vanguardia revolucionaria, dan el golpe final de la revolución”. Las masas son reducidas a colaboradoras de las vanguardias revolucionarias; estas desarrollan su lucha independiente de las masas y aparecen así como las verdaderas creadoras de la revolución, y por lo tanto, de la historia. Además de esto es necesario, primero (desliz del propio autor del articulo), un catalizador, la vanguardia revolucionaria, que cumple un papel casi autónomo durante un periodo. Mas adelante: “La vanguardia no debe esperar por las masas ni aspirar contar con ellas en cada una de sus manifestaciones revolucionarias, sobre todo en las primeras”. Mas adelante: “Es probable inclusive que las asas no entiendan en el primer momento que la vanguardia defiende sus intereses fundamentales; sin embargo, luego entenderán y de manera definitiva e irreversible”. Después de estas premisas solo se podría llegar a esta conclusión absurda: “Seria mas justo hablar de una política para las masas que de una política de masas”. Comparemos ahora esas afirmaciones con las opiniones de Lenin, expresadas en la enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo (Obras escogidas, tomo 3) “Solo con la vanguardia es imposible triunfar. Lanzar solo a la vanguardia a la batalla decisiva, cuando toda la clase, cuando las grandes masas aun no adoptaron una posición de apoyo directo a esa vanguardia, o por lo menos, de neutralidad simpática con respecto a ella y son capaces hasta de apoyar al adversario, sería no solo una estupidez, sino además de eso, un crimen. Ahora bien, para que realmente todas las clases, las grandes masas de trabajadores y oprimidos por el capital, lleguen a ocupar una posición revolucionaria, la propaganda y la agitación por si solas son insuficientes. Para eso es necesaria la experiencia política de las propias masas”. Y mas Adelante: “La tarea inmediata de la vanguardia consciente del movimiento obrero internacional, esto es de los Partidos, grupos, tendencias comunistas, consiste en saber llevar a las grandes masas  a una posición revolucionaria”. Queda claro que el rechazo a la formación sectaria y aventurera de la lucha de masas es una posición antileninista que tiende a una concepción blanquista y no marxista de la revolución.
Por otro lado, no es preciso caer en el desvío sectario y militarista para combatir el rechazo oportunista del camino armado de la revolución con su teoría sobre “La necesidad de conquistar desde el inicio a las masas en escala nacional y en todas las regiones”, antes de comenzar la lucha armada (ver la critica de esta teoría oportunista de Mao Tse Tung en Una sola chispa puede incendiar la pradera). Para combatir los puntos de vista oportunistas, basta tener en cuenta el desarrollo desigual del movimiento de masas y saber combinar el papel de decisivo de las grandes masas trabajadoras con el papel especial de la clase obrera y el papel dirigente del Partido proletario de cuadros.
Para eso, sin embargo, es necesario estudiar seriamente las cuestiones relativas a las luchas de masas.
¿Cómo estudiar estas cuestiones? En primer lugar, estudiando los principios marxistas-leninistas respecto de esas cuestiones y las experiencias históricas ya sistematizadas, de otros movimientos y Partidos revolucionarios hermanos. En seguida, analizando críticamente y sistematizando nuestras propias experiencias históricas de la lucha de masas. Después del estudio de este texto, es importante comenzar el trabajo metódico de análisis y sistematización de nuestras experiencias. De esta manera será posible, no solo elevar el nivel de nuestro trabajo de masas, sino también desarrollar nuestra comprensión y nuestros métodos de dirección de la lucha de masas.

LA DIFERENCIA ENTRE LUCHA DE MASAS Y LA LINEA DE MASAS
Hasta ahora se trató principalmente de la lucha de masas. Cabe entonces preguntar: ¿Línea de masas es la misma cosa que lucha de masas? No. Mao Tse Tung deja percibir claramente que existe una distinción, al explicar en la Palestra para los redactores del Diario de Chansi-Sueiyan: “Hace mas de veinte años, nuestro Partido prosigue diariamente su trabajo de masas y hace unos diez años mas o menos, él habla diariamente de la línea de masas”. ¿Dónde esta la diferencia?
La lucha de masas es una realidad y un principio. Es la realidad del propio combate, en todas sus formas, de las amplias masas que constituyen el pueblo, el pueblo trabajador y explotado, oprimido. Y es el principio que nos enseña que las masas no pueden ser libertadas verdaderamente a no ser por su propia lucha y esfuerzo, y que, por lo tanto, la revolución debe ser hecha con la participación activa de grandes masas de todas las clases que viven de su propio trabajo.
La línea de masas es un método, un método para desarrollar en escala y para dirigir revolucionariamente, desde un punto de vista proletario, las luchas de masas.
Marx, Engels, Lenin, se preocuparon no solo de fundamentar y explicar e, principio de la lucha de masas, sino también de estudiar y desarrollar los métodos para desarrollar y dirigir la lucha de masas.
Habiendo ya insistido en el principio de lucha de masas, el objetivo principal de este texto es explicar el Método de la línea de masas, utilizando como fuente principal la rica experiencia de la revolución china en todas sus etapas sistematizadas por Mao tse Tung.

LA LÍNEA DE MASAS ES UN METODO DE DIRECCION DE LA LUCHA DE MASAS
¿Por donde comenzar una exposición de los puntos principales de la línea de masas, entendida como método de dirección de la lucha de masas? Uno de los caminos es comenzar esclareciendo lo que no debe entenderse como por línea de masas. En este sentido, cabe dejar claro, principalmente que la línea de masas no es una línea masificante, no es una línea populista, no es una línea espontaneísta.

1.        LINEA DE MASAS NO QUIERE DECIR MASIFICACION
Por línea de masificación se entiende todo estilo de trabajo político que lleva a tratar al pueblo mas como objeto que como sujeto de la revolución, que no es hecha en una perspectiva de servir a las masas en su lucha revolucionaria; que, por lo tanto, no promueve una liberación efectiva y profunda de las masas por ellas mismas.
Entendida así la masificación, es claro que la línea de masas no significa una línea masificante. Pues la línea de masas es el estilo y métodos de trabajo político que partiendo del principio de que las masas populares son las que se liberaran así mismas, observa un conjunto de principios, actitudes y, métodos con la finalidad de tornarle mas activa posible la participación  del pueblo trabajador en la obra de su propia liberación.
Conviene resaltar con todo, que la línea de masas tampoco se confunde con la línea de concientización que es generalmente apuntada como el remedio para la masificación. La línea de concientización incurre en por lo menos cuatro errores principales. En primer lugar, es idealista, da una importancia exagerada al trabajo de concientización, como si fuese suficiente para que las masas se liberen el que ellas tomen conciencia de su explotación y opresión. No se da la debida importancia al trabajo de movilización y mucho menos al de organización, que sustentan y tornan posible la lucha. Es como si la clase obrera y las masas trabajadoras en general, se pudiesen liberar por la simple toma de conciencia y no por un proceso de lucha de clases ardua y prolongada. En segundo lugar la línea de concientización es intelectualista, no toma en debida cuenta la ligazón entre la teoría y la práctica, trata del proceso de concientización como un proceso puramente intelectual de lecturas y debates; no ve que la lucha también concientiza y más todavía, que la principal educación revolucionaria es la que el militante recibe en el curso de las grandes acciones de masas. Mao Tse Tung llama la atención hacia ese punto con insistencia. Por ejemplo “¿Los miembros de nuestro partido se pondrán tornar útiles, sea en lo que fuere, al pueblo chino si ellos pasaran toda su existencia entre cuatro paredes, al abrigo de las tempestades y al margen del mundo? No, de ninguna manera. Nosotros, comunistas debemos enfrentarnos a las tempestades y al mundo grandioso de la lucha de masas” (Organizaos). En tercer lugar, la línea de concientización es populista, omite la división del pueblo (del que tanto habla).Por último la línea de concientización es espontaneísta y tiende al anarquismo: Omite el papel esencial de la teoría revolucionaria, desconoce el papel dirigente de una vanguardia proletaria organizada en Partido político y trata insatisfactoriamente, cuando lo trata, el problema del poder y de la toma del poder. Por lo tanto esto, la línea de concientización no consigue acabar con el verdadero proceso de masificación al que las masas están sometidas: el proceso de su explotación económica y de su dominación política e ideológica. La línea de masas, por el contrario, da al trabajo de concientización su debido lugar, como veremos, pero lo combina con el trabajo de organización de masas; con el principio de la lucha de clases y combina la dirección central de una vanguardia con el desarrollo extensivo de los movimientos de masas.
 
2.        LA LÍNEA DE MASAS NO SE OPONE A LA LÍNEA DE CLASE
Por el contrario, la línea de masas presupone una línea de clase clara y definida, y por otro lado la completa.
Línea de clase es la orientación que establece en que clase debemos apoyarnos y con qué clase podemos y debemos luchar. O aún más detalladamente, la línea de clase es la orientación que define en que clase (o clases) podemos y debemos apoyarnos, a que clase (o clases) podemos y debemos neutralizar y a que clase (o clases) debemos aislar y combatir, para poder realizar los objetivos de nuestro programa  político.
Línea de clase y línea política están íntimamente ligados. La línea política de un Partido Proletario marxista-leninista es la definición de los objetivos y de las formas de lucha y organización de todas las etapas de la revolución; entonces la línea política se traduce en el Programa máximo del Partido. Puede ser también la definición de los objetivos y las formas de lucha y las formas de organización para un periodo táctico relativamente corto de una etapa estratégica de la revolución, eso es lo que permite distinguir, todavía, un Programa mínimo general con un sistema de consignas estratégicas para toda una etapa estratégica de la revolución; y un Programa mínimo especifico, con su sistema de consignas tácticas de una misma etapa estratégica de la revolución (respecto de estas distinciones ver J. Stalin: Sobre los fundamentos del leninismo, Cáp. VIII “Estrategia y Táctica”; y de Mao Tse Tung: “Sobre el gobierno de Coalición”).Sea cual fuere el sentido que se dé a la expresión línea política, podemos afirmar que la línea de clase y la línea política están íntimamente ligadas. Por un lado porque la línea política debe ser establecida objetivamente y no subjetivamente, y para ser definida objetivamente, partiendo de la realidad objetiva y no partiendo de nuestros deseos y preconceptos, toda la línea política tiene que ser definida a partir de un análisis de clase, de un análisis de las posiciones económicas y de las actitudes políticas de las diversas clases y capas de la sociedad, y de la correlación de fuerzas entre ellas. Por otro lado, porque después de definida, toda línea condiciona una línea de clase determinada.
Ahora podemos retomar nuestra pregunta y dar una respuesta más precisa  ¿La línea de masas, como método de dirección de la lucha de masas, no se opone a la línea política y a la línea de clase? Evidentemente que NO.
La línea de masas es un método de dirección política de la lucha de masas. Como tal, es un método de decisión para la definición de una línea política justa, que es un método de trabajo para la aplicación correcta y efectiva de esa línea. Luego, el método de línea de masas no solo no se opone sino que implica necesariamente una línea política. En último análisis, es un método de trabajo político de la vanguardia del proletariado, un método de esta vanguardia para definir y llevar a la práctica una línea política justa, movilizando y organizando, en torno de esa línea, grandes masas populares.
En suma entre los conceptos de línea política, línea de clase y línea de masas no hay oposición ni exclusión, sino complementariedad, ellas se complementan mutuamente. La línea política define los objetivos y las formas de lucha y organización. La línea de clase define las clases que pueden ser movilizadas y organizadas para la lucha por la realización de esa línea política. La línea de masas define un método para la vanguardia política del proletariado, movilizar, organizar y dirigir las amplias masas de esa clase (y no solo la minoría) en la lucha por la realización de aquella línea política. Y conviene recordar que como método de dirección la línea de masas es un método no solo para aplicar de modo correcto la línea de masas y una línea de clase ya definidas, sino que es también un método para definir una línea política y una línea de clase justa. Hasta aquí procuramos mostrar porque la línea de masas y la línea de clases se complementan. Para determinar es importante mostrar también porque la línea de masas exige siempre, presupone necesariamente una línea de clase, desde un punto de vista de clase. Esto acontece por cuatro motivos principales:
1.-Porque solo es posible definir cuáles son las masas populares a partir de un análisis de clase.
2.-Porque es necesario no olvidar que las propias masas populares se dividen en clases y tienen contradicciones en su propio seno.
3.- Porque es importante localizar en el seno de las masas populares cuales son las masas básicas.
4.- Porque es necesario no olvidar que entre las masas populares básicas, la clase obrera es la única radicalmente revolucionaria.         
Expliquemos cada uno de esos motivos.
En primer lugar, el método de línea de masas exige que se tenga una línea de clase y un punto de vista de clase porque solo es posible definir cuáles son las masas populares a partir de un análisis de clase. En efecto, llegó el momento de esclarecer el concepto de masas populares, el concepto de pueblo. La utilización del concepto de pueblo no dispensa en modo alguno el concepto de clase. Sin tener claridad sobre esto es imposible tratar correctamente cualquier cuestión relativa a la línea de masas. No tener claridad sobre esto es exponerse al desvío populista. Por lo tanto, es preciso comprender, en primer lugar que, en sociedades divididas en clases (como la nuestra), el pueblo también está dividido en clases, y, en segundo lugar, es preciso comprender que el concepto de pueblo es más restringido que el concepto de población: La población abarca todos los medios de una sociedad; el pueblo solo abarca determinadas clases y capas sociales. ¿Cuáles son las clases y capas que constituyen el pueblo en una sociedad determinada?. Uno es el criterio social y el otro es el criterio político. Ambos han sido utilizados por los marxistas.
Según el criterio social, el pueblo esta formado por las clases que trabajan, que viven de su propio trabajo, o sea, por las masas trabajadoras que en las sociedades de clases, son también masas explotadas. En las sociedades de clases, las masas trabajadoras son las masas fundamentales de la población.
Según el criterio político, el pueblo esta formado por dos clases, capas y grupos que apoyan las tareas revolucionarias progresistas del desarrollo histórico de un momento determinado. Fue este el criterio que Mao Tse Tung utilizo para definir quien formaba parte del pueblo chino el año de 1957. “En la etapa actual, que es el periodo de la edificación socialista, todas las clases y capas sociales, todos los grupos sociales que aprueban y sustentan esta edificación y de ella participan, forman el pueblo. Mientras que todas las fuerzas sociales y todos los grupos sociales que se oponen a la revolución socialista, que son hostiles a la edificación socialista o se empeñan en sabotearla, son enemigos del pueblo”.(De la justa solución de las contradicciones en el seno del pueblo).
Conforme se utilice el criterio político o el criterio social, el concepto de pueblo puede ser amplio o restringido. Por ejemplo, en el Brasil, según el criterio social, las masas populares están constituidas actualmente por las masas proletarias y campesinas y por la parte de pequeña burguesía que trabaja y vive de su trabajo. Según el criterio político el pueblo brasileño podría estar formado además de las masas trabajadoras por otras clases y capas desde que se define que las tareas esenciales en la actual etapa de la revolución son el combate al imperialismo y al monopolio de la tierra. En este caso, formarían parte del pueblo brasileño actualmente, también los sectores de la pequeña burguesía que explotan, pero que apoyan una revolución anti-imperialista y anti-feudalista, y hasta la mediana burguesía, clases esencialmente explotadoras, pero que pueden apoyar, como decía Stalin: “hasta cierto grado y por un cierto periodo el movimiento revolucionario de su país contra el imperialismo”.
El segundo motivo por el cual el método de línea de masas exige una línea de clase y un punto de vista de clase, es que existen contradicciones en el seno de las masas. Si las masas están formadas por clases y capas sociales diferentes, es claro que existen contradicciones en su interior. ¿De qué naturaleza son esas contradicciones? Es preciso distinguir las contradicciones entre las masas trabajadoras, sobre todo las contradicciones entre proletarios y campesinos que son contradicciones no antagónicas, esto es, son contradicciones conciliables objetivamente y que por lo tanto pueden ser resueltas de modo específico desde que se adopta una táctica correcta. Las contradicciones entre trabajadores y explotadores (en el caso de que estos estuvieran incluidos en el seno del pueblo por la aplicación del criterio político), son contradicciones que presentan, además de un aspecto antagónico natural, un aspecto no antagónico, resultante de las condiciones especiales creadas por la alianza contra el enemigo común.
De cualquier modo, si existen contradicciones en el seno de las masas populares, ya que contradicciones no pueden dejar de existir en las sociedades de clases, porque las masas en esas sociedades están constituidas por capas y clases diferentes, entonces ¿desde el punto de vista que qué clase, desde el punto de vista de qué intereses básicos deben éstas contradicciones ser tratadas y solucionadas? Ahora se puede comprender todavía más fácilmente porque la aplicación correcta de una línea de masas depende de que se tenga una línea de clase y un punto de vista de clase claros. Nuestra respuesta es: Las contradicciones secundarias que existen en el seno del pueblo pueden ser solucionadas teniéndose en consideración, principalmente, el interés de las masas básicas  y dentro de estas, los intereses y puntos de vista de clase del proletariado.
¿Cuáles son las masas básicas? Son las masas esencialmente trabajadoras. En el Brasil son las masas constituidas por nuestros millones de obreros urbanos, asalariados agrícolas, los campesinos y sub - proletarios. A éstas masas básicas podemos y debemos unir de un modo esencial, ciertos sectores de la pequeña burguesía, sobre todo los sectores semi - proletarios y su juventud. Sin embargo, siempre que hablemos de las masas populares o de masas, sin ninguna reserva, es de las masas básicas trabajadoras y explotadas de las que estamos hablando. Los principios, las actitudes y los métodos de línea de masas precisan ser adaptadas antes de que puedan ser extendidos a otros sectores de la pequeña burguesía.
Pero no basta tener en cuenta los intereses de las masas básicas para solucionar correctamente las contradicciones en el seno del pueblo. Es preciso aún, considerar todas las cuestiones de la lucha de masas y de línea de masas desde el ángulo de los intereses y el punto de vista de clase del proletariado ¿por qué?, porque el proletariado es la única clase radicalmente revolucionaria. O como escribieron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista: “Es la única clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria, en tanto que el proletariado es su producto más peculiar”.
¿No habrá una contradicción entre pretender guiarse por los intereses de las masas trabajadoras en su conjunto y al mismo tiempo pretender orientarse por los intereses del proletariado? NO, porque, por un lado las masas populares solo se liberaran enteramente abrazando la perspectiva de la clase proletaria, encaminándose hacia el socialismo. Y por otro lado, porque la clase obrera es la única clase que solo se liberara liberando a todos los trabajadores, acabando con la división de la sociedad en clases; y ello solo lo podrá hacer manteniendo los vínculos más estrechos con las amplias masas populares, sobre todo con las masas campesinas. Luego hay un interés mutuo en que los vínculos entre las masas obreras y las otras masas trabajadoras sean lo más estrechos posible. Por consiguiente la vanguardia política de la clase obrera, su Partido, se debe ligar estrechamente no solo a las masas obreras, sino también a las amplias masas trabajadoras.
De todo lo que se ha dicho, pueden ser sacadas dos conclusiones principales: Línea de masas y línea de clase son dos conceptos y dos métodos que dependen uno del otro y se complementen mutuamente; línea de masas es un método dedirección que solamente puede ser realmente aplicado por la organización y por los cuadros que tengan la posición de clase del proletariado y se coloque el punto de vista del proletariado.      


3.        LA LÍNEA DE MASAS NO SE OPONE AL PAPEL DIRIGENTE DEL PARTIDO
Aparentemente el método de línea de masas es espontaneísta. Afirma que las masas son las que hacen la historia; que las masas pueden liberarse a sí mismas; que es preciso partir de la idea y aspiraciones de las masas. Aparentemente, por lo tanto, niega la función de la teoría revolucionaria y el papel dirigente del Partido.
En realidad, sin embargo, la línea de masas no se opone a la teoría revolucionaria; se opone a toda teoría desligada de la práctica de masas. No se opone al papel dirigente del Partido, se opone a que el Partido ejerza de una forma subjetivista, autoritaria y burocrática. Línea de masas no significa que se debe hacer todo lo que las masas quieran. Uno de los principios de la línea de masas es que se debe distinguir las ideas verdaderas de las ideas falsas de las masas para aceptar y sistematizar las ideas verdaderas y criticar las ideas falsas. Cuando se propone la línea de masas es para garantizar una dirección acertada del Partido sobre las masas y no para abandonar la dirección del Partido sobre las masas. Solo se insiste en que el Partido revolucionario profesional no puede sustituir  a las masas y que estas deben participar activamente de la lucha.
Luego, el papel de las masas y el papel del Partido no se excluyen, se complementan. El Partido necesita de las masas, las masas necesitan del Partido. Hay una gran diferencia entre masas conscientes y organizadas y masas inconscientes y desorganizadas. Las masas populares solo se podrán liberar elevando su nivel de conciencia y de organización. Sin una dirección firme y un trabajo correcto del Partido, las masas no pueden tornarse conscientes y organizadas y seguir el camino justo de la lucha. Mao Tse Tung escribió: “Por mas activo que sea el grupo dirigente, su actividad se reducirá a un esfuerzo infecundo de un puñado de personas si ella no estuviere ligado a la actividad de las grandes masas. Pero, por otro lado, la actividad de las grandes masas que no sea organizada como conviene por un fuerte grupo dirigente, no se puede mantener por mucho tiempo. Tampoco se desarrollan en una dirección justa y alcanzan un grado más elevado” (A propósito de los métodos de dirección).
Por lo tanto, no se puede oponer el papel creador y decisivo de las masas, al papel dirigente del Partido, se debe combinar. ¿Cómo combinar el papel de las masas con el papel de la vanguardia, con el papel del Partido? Este es todo el problema de la línea de masas que es el método de la vanguardia del Partido, para dirigir correctamente la lucha de las masas. Por ahora queremos llamar la atención hacia tres puntos:
En primer lugar, el Partido marxista-leninista es la vanguardia organizada del proletariado y la vanguardia forma parte de las masas. Así el Partido no está por encima de las masas, es el dirigente político de las masas populares, pero es al mismo tiempo un instrumento de liberación de esas masas. Es el comando de la lucha pero al servicio de la clase obrera y de las masas trabajadoras en general.
En segundo lugar, el Partido debe continuar ligado a la clase obrera y a las masas trabajadoras en general. El lazo del Partido con las masas debe ser estrecho e indestructible, este principio es la base de la construcción del Partido según Lenin.
En tercer lugar, el Partido debe comprender bien su función ¿Cuál es la función del Partido? ¿Monopolizar todo el trabajo? ¿Luchar en lugar de las masas? ¿Dar a las masas su liberación como favor gratuito? Esto no sería posible ni es esta la función del Partido. La función del Partido no es de sustituir a las masas, sino de dirigir a las masas, esto es, movilizar, educar y organizar a las masas para que ellas luchen por su propia cuenta.
Conclusión: La línea de masas no se opone al papel dirigente del Partido. La dirección del Partido esta al servicio de la lucha de masas y la línea de masas es el método para que el Partido ejerza su papel dirigente.


4.        LA LÍNEA DE MASAS NO SE OPONE AL PAPEL DIRIGENTE DE LOS LIDERES
La concepción marxista de la historia, que es la base teórica del método de la línea de masas, es incompatible con la veneración ciega a las personalidades destacadas, con la idea de atribuirles la capacidad ciega, absurda de hacer la historia según su arbitrio  contando solo con sus fuerzas. La exageración del papel y de los méritos de los dirigentes rebaja el papel de las masas populares como creadoras de la historia y el papel del Partido como dirigente y organizador colectivo de las masas. Además de eso ejerce una influencia nociva sobre la educación de las masas; detiene la iniciativa y la energía de las masas trabajadoras, desarrolla en ellas una actitud de expectativa pasiva, alimenta las falsas concepciones que las llevan a esperar que las tareas que tienen por delante puedan ser resueltas por algún misterioso ‘salvador’, casi las dispensa de la obligación de pensar por sí mismas, de tener iniciativa, de crear, de influir activamente en los acontecimientos. En el seno del Partido, la exageración del papel y la adulación servil de los dirigentes, entorpecen la crítica y la autocrítica, deforman el centralismo democrático, atribuyen a los dirigentes derechos excesivos; en suma llevan a la violación de las normas leninistas para la vida partidaria, normas que ayudan a las masas a participar activamente del movimiento revolucionario y ayuda a los dirigentes a aprender con las masas. En lugar de esas normas surge una práctica que mina ya no solo el deseo, sino la propia posibilidad de que las masas trabajadoras manifiesten iniciativa y desarrollen su actividad creadora.
Todo eso es indiscutible y muy importante. Pero no debemos confundir estos puntos de vista correctos con la teoría revisionista de la llamada lucha contra el culto a la personalidad. Esta teoría tiene una base idealista. Coloca el problema del ‘culto a la personalidad’ de un modo simplista e incorrecto que lleva a, en último análisis, ya se tenga conciencia de eso o no, a la tesis de que “las grandes personalidades son la fuerza motriz de la historia”. Esto es particularmente visible en el análisis que los revisionistas contemporáneos hacen de la construcción del socialismo durante el periodo de dirección de Stalin. Los revisionistas atribuyen todos los errores cometidos a Stalin, como si un hombre tuviese el poder de hacer la historia según su arbitrio y solo con sus fuerzas. Con este análisis superficial, los revisionistas alcanzan su objetivo: dislocar las verdaderas cuestiones, evitan hacer un análisis realmente científico de los errores y de los problemas de construcción del socialismo en la Unión Soviética, omiten que estos errores se pueden repetir, hasta más graves, sin el culto a la personalidad de un hombre, desde que se forja y desarrolla una burocracia desligada de las masas trabajadoras. Además de eso no identifica las causas profundas de los problemas que aquejan. Estas causas son: el abandono de la lucha de clases, el abandono de una línea de masas, las violaciones del centralismo democrático en el Partido y en el Estado, y sobre todo en la no realización de una revolución ideológica de masas, profunda y verdadera.
Por otro lado, contraponiendo los dirigentes a las masas, la teoría revisionista de la llamada ‘lucha contra el culto a la personalidad’ alimenta las tendencias anarquistas y las concepciones nihilistas sobre el papel de los dirigentes.
Con esto, los revisionistas debilitan sus lazos con las masas, socavan su unidad revolucionaria basada al mismo tiempo en la democracia y en la dirección central. Al contrario del anarquismo y del revisionismo, el marxismo destaca al mismo tiempo el papel creador decisivo de las masas y el papel insustituible de los dirigentes de masas. Es urgente, por lo tanto, restablecer claramente la verdadera teoría marxista-leninista sobre las relaciones entre dirigentes, partidos, clases y masa.
El curso de la historia es determinado por la lucha de clases de las masas. Por lo tanto para comprender la marcha de la historia es preciso partir no de la actividad de un individuo o de los individuos aislados sino de la actividad de la lucha de las masas, de las clases sociales.
Resumiendo: podríamos decir, la historia es hecha por las masas populares, las masas se dividen en clases; estas en el curso de la lucha de clases, organizan sus partidos políticos; los partidos a lo largo de muchos años de lucha, destacan poco a poco del seno de las clases y de las masas, un núcleo dirigente mas o menos estable, formado por sus cuadros mas experimentados, capaces y activos (ver al respecto Lenin, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo).
¿Cuál debe ser entonces la actitud de los verdaderos líderes y representantes de la clase obrera? ¿Ellos deben colocarse por encima de la clase obrera y por encima de las masas obreras o trabajadoras en general? NO, los verdaderos dirigentes del proletariado no se colocan por encima del Partido, sino dentro del Partido, son modelos de disciplina conciente y de subordinación a la organización, a las normas del Partido. Los verdaderos dirigentes del Partido tampoco se colocan por encima de las masas sino entre las masas; son modelos de ligazón estrecha con las masas y del espíritu de servir a las masas de todo corazón, total y completamente.
¿Cual es, por otro lado, la función de esos dirigentes? ¿La de sustituir al Partido, a la clase obrera y a las masas? Evidentemente NO. El papel de esos dirigentes en la historia consiste en que ellos organicen a las masas, coloquen delante de ellas determinadas tareas y las movilicen con entusiasmo y tenacidad para su solución. Es en el apoyo  activo de las masas y clases que ellos representan en donde reside su fuerza.
¿Los dirigentes pueden cumplir con su papel desconociendo y violando las leyes objetivas del desarrollo histórico? NO. La actitud de todos los hombres, inclusive de los grandes hombres, se desenvuelve en determinadas condiciones materiales y sociales. Los grandes hombres son grandes no porque estén encima de esas leyes, sino exactamente porque saben utilizarlas. Los grandes hombres son grandes precisamente porque antes o mejor que los otros comprenden la marcha del proceso histórico, toman conciencia de las exigencias del desarrollo de la sociedad y aprenden como satisfacer esas exigencias.
El papel del dirigente, de los grandes líderes, no se opone por lo tanto al papel creador de las masas. Exactamente porque los líderes no son creadores, sino dirigentes: no son los creadores de los conocimientos y movimientos históricos, sino organizadores y dirigentes de las masas, de las clases que son las verdaderas fuerzas motrices de la historia. Por otro lado, sin embargo, la clase obrera y las grandes masas trabajadoras no podrán encontrar el camino de su liberación sin la dirección firme y esclarecida de un Partido, y este Partido es imposible sin dirigentes capaces y templados en la lucha. Luego, el papel dirigente de los lideres no es casual, corresponde a una necesidad histórica objetiva; y cuanto más activamente las masas intervienen en la historia, tanto más apremiante se torna la necesidad de jefes lucidos y activos.
Lenin escribió: “Ninguna clase de la historia alcanzó el poder sin destacar sus jefes políticos y sus representantes avanzados, capaces de organizar el movimiento y dirigirlo” (Obras Completas, Tomo 4, Pág.345).
Conclusión: La línea de masas no se opone al papel dirigente de los grandes líderes. Al contrario, exige cumplimiento de ese papel y constituye exactamente un método por el cual los dirigentes pueden ejercer su función de modo correcto y efectivo.
Después de la crítica de los desvíos posibles en la comprensión de la línea de masas, podemos dar ahora algunos pasos más en su estudio, examinando sucesivamente las tres condiciones principales para que se pueda seguir realmente una línea de masas en el trabajo revolucionario, a saber: Tener conceptos claros y correctos sobre el papel de las masas, tener actitudes firmes y correctas para con las masas; tener métodos simples y apropiados para el trabajo de masas.

PRIMERA CONDICIÓN: TENER UNA CONCEPCIÓN CORRECTA DEL PAPEL DE LAS MASAS.
Si la línea de masas es un método de dirección, ¿por qué es necesario para conocerlo y ponerlo en práctica, estudiar además de las cuestiones de método propiamente dichas, los conceptos sobre las masas y las actitudes que se debe tener para con ellas?  Porque aunque la línea de masas sea un método de dirección, su aplicación no es cuestión puramente técnica; es por encima de todo, una cuestión ideológica, una cuestión de posición de clase, del punto de vista de clase, de sentimiento de clase.
Por esto, para comprender realmente y aplicar realmente una  línea de masas, es preciso asimilar bien los fundamentos teóricos y tomar realmente sus actitudes ideologías, sin las cuales las cuestiones de método no podrán ser de hecho resueltas.
Los fundamento teóricos de la línea de masas pueden ser resumidas en las tesis marxistas de que las masas populares, las masa trabajadoras son las verdaderas creadoras de la historia. Esta tesis desenmascara las teorías fatalistas donde los hombres no pueden ejercer ninguna influencia en el curso de los acontecimientos. Los hombres estarían sometidos a la fuerza ciega y misteriosa de un destino preestablecido. Las teorías fatalistas niegan el papel creador de las masas, niegan que las masas tengan la posibilidad de intervenir de manera decisiva en el desarrollo de la sociedad. Según las teorías idealistas los hombres pueden influir en el curso de la historia, pero son llamados “grandes hombres”, los representantes de las clases explotadoras, los emperadores, reyes, gobernantes, generales, etc. Los hombres simples del pueblo son representados por una multitud estúpida y sin iniciativa, una plebe ignorante e incapaz que se presta a servir de materia prima para que los “grandes hombre” forjen la historia.
Tanto las teoría fatalistas cuanto las teorías idealistas desprecian el papel de las masas populares en el desarrollo y progreso de la sociedad y parten del supuesto erróneo de que el desarrollo social se procesa al margen de la lucha productiva y de la lucha de clases de las inmensas masas de trabajadores. No son teorías científicas sino concepciones ideológicas que las clases dominantes utilizan para justificar su dominio e intentar destruir la fe de las masas en si mismas y en su capacidad creadora.   
La teoria marxista sustenta el punto de vista diametralmente opuesto de que las masas son las verdaderas protagonistas de la historia y la fuerza decisiva del desarrollo social. ¿Cómo demostrar este punto de vista fundamental? Analizando el papel de las masas en proceso productivo, en la lucha y en el desarrollo de la cultura.
1.-El papel de las masas en el desarrollo económico de la sociedad
En ultima instancia la historia de la sociedad es la historia de la producción de bienes materiales sin los cuales la sociedad no podría sobrevivir ni un día siquiera. Ahora bien, las masas trabajadoras son las que producen todos los bienes materiales, ciudades y edificios, usinas y fabricas, calles y puentes, maquinas y vehículos, ropa y calzados, alimentos y aparatos domésticos; todo aquello sin lo que la existencia de la humanidad seria inconcebible.
La naturaleza de las clases que componen la masa de los productores cambia conforme el modo de producción de la sociedad, pero la actividad laboriosa y diaria de millones de hombres simples siempre fue y será la primera condición, la base material del desarrollo histórico; Engels señala: “Cualquiera que sean las modificaciones que ocurran en la capas superiores, no productoras de la sociedad, la sociedad no puede existir sin la clase de los productores. Por lo tanto esta clase es necesaria bajo cualquier condición, aunque debe llegar el tiempo en que ella no será mas clase, pues abarcará a toda la sociedad” (Marx y Engels, Obras completas, Tomo 15, Pág. 592)
La actividad productiva de las masas ya seria suficiente para obligarnos a reconocer en ellas las verdaderas creadoras de la historia. Pero el papel de las masas en el desarrollo social no se limita a su trabajo productivo.

2.-El papel de las masas en el desarrollo político de la sociedad.
El papel de las masas en la vida política es también decisivo. Esto no puede aparecer muy claramente en los periodos relativamente pacíficos de la historia, cuando el papel de las masas populares en la vida política de las sociedades explotadoras es restringido por todos los medios.
En estos periodos, las clases dominantes, utilizando todas las armas de coerción policial y dominación ideológica, se esfuerzan para reducir al mínimo el papel de las masas en la política, se esfuerzan para aplastar su actividad política u orientarla en un sentido inofensivo al régimen dominante, como esta aconteciendo en el Brasil. Pero en las horas de las mas grandiosas pruebas nacionales, la causa siempre ha sido decidida no por un puñado de explotadores, sino por el pueblo, por las masas que se han erguido abnegadamente en armas en defensa de la patria ocupada por invasores extranjeros o en la lucha por la independencia de antiguas colonias. Y en esas horas gran parte de los explotadores se tornan inclusive cómplices de los invasores, como ocurrió durante la ocupación nazi de Europa  y ahora en el Vietnam, con la invasión de los imperialistas americanos.
Por otro lado, en los periodos de la revolución social, el papel activo y creador de las masas se manifiesta con fuerza particular. Las masas populares siempre fueron la fuerza principal, que ha decidido la suerte de las revoluciones y de los movimientos políticos. Claro esta que en las revoluciones prosocialistas, el pueblo no recibía los frutos de su lucha. Era la fuerza principal, no era la fuerza dirigente. Planteaban revoluciones prosocialistas, el trabajo y la lucha de las masas trabajadoras ya eran los factores de desarrollo mas importantes.

3.-El papel de las masas en el desarrollo cultural de la sociedad.
Los ideólogos reaccionarios ponen un ardor especial en negar la capacidad creadora de las masas sobre todo en el campo de la cultura. Se empeñan en sustentar que las masas no tienen ninguna participación en el desarrollo de las ciencias y de la técnica, de la literatura y del arte, sostienen que ese desarrollo sería apenas resultado del trabajo de algunos hombres geniales. Según tales ideólogos, las formas complejas y superiores del trabajo intelectual, ligadas a la dirección de la economía y la política y a la creación cultural, serian inaccesibles a las masas de trabajadores y solo estarían al alcance de la llamada “elite intelectual”, esto es de los representantes y servidores de de las clases dominantes.
Es preciso atribuir los meritos debidos a los genios y personalidades destacadas. Pero es preciso reconocer igualmente que los trabajadores traen al desarrollo de la cultura una contribución inapreciable. En primer lugar, las masas trabajadoras colocaron y colocan, con el producto de su trabajo, las bases materiales de toda cultura espiritual. En segundo lugar, las masas populares colocaron también las propias bases culturales de todo el desarrollo posterior de la cultura. Así la literatura y el arte se desarrollaron durante largo tiempo, exclusivamente como creación popular. Aun hoy, la creación popular encierra un valor artístico independiente y representa un tesoro inagotable de inspiración para los grandes escritores y artistas. La creación popular lanzó también las bases de la técnica y de la ciencia. Quedamos sorprendidos con las conquistas de científicos e investigadores de talento que descubrieron nuevas fuentes de energía  e inventaron maquinas extraordinarias y materiales nuevos, y así transformaron nuestra vida. Sin embargo, deberíamos admirar aun mas las primeras hazañas creadoras de las masas, que en el trabajo cotidiano y anónimo arrancaron los primeros secretos de la naturaleza, conquistaron el fuego, descubrieron los procesos de domesticación de animales, cultivaron el suelo y fundieron metales, produjeron el perfeccionamiento de los primeros instrumentos de trabajo, inventaron el lenguaje y la escritura  y acumular los conocimientos iniciales sobre las cosas que circundan a los hombres.
Por lo tanto, en los primeros grados del desarrollo de la cultura, las masas trabajadoras actuaron como las creadoras de inmediatas de todos los valores culturales.
 La situación se modificó, como no podía dejar de ser, después de la división de la sociedad en clases y después d la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, esto es, después que la actividad en el terreno de la literatura, del arte, de la ciencia, además de la actividad política o estatal, fue monopolizado por las clases explotadoras dominantes y por las capas sociales servidoras de sus intereses. Esas capas y clases, utilizando un sistema completo de medidas económicas y políticas apartaron a las masas de la cultura y convirtieron todas las formas de trabajo intelectual en privilegio de las minorías poseedoras y explotadoras. El mantenimiento de las masas en la ignorancia se torno una de las consecuencias y una de las garantías del dominio de clases de los explotadores. En estas condiciones, solo cabe apenas admirar la fuerza y la inteligencia y la voluntad de tantos millares de trabajadores, los cuales aun en condiciones tan adversas, supieron revelar su talento, trayendo una contribución importante a las diversas ramas de la cultura espiritual o aun mismo tornándose dirigentes políticos eminentes.
De cualquier modo, las masas populares continuaron siendo la fuerza decisiva del desarrollo cultural aun en las condiciones desfavorables de las sociedades de explotación, porque: 1.- Son ellas las que ofrecen la base material del desarrollo cultural, 2.- Los grandes literatos y artistas siempre se alimentan de la creación espontánea del pueblo, 3.- La ciencia y la técnica se desarrollan en intima relación con la lucha productiva y la lucha de clases de las masas.

4.-El crecimiento del papel de las masas es una tendencia histórica.      
La tesis sobre las masas como la fuerza decisiva de la historia rd justa para cualquier época y lugar. Sin embargo, es preciso encarar la actividad de las masas como una actividad en desarrollo. De época en época cambian las condiciones sociales en las que se desenvuelven el trabajo y la lucha de las masas trabajadoras, y con eso se modifica su papel y su influencia en la vida y en el desenvolvimiento de la sociedad. La dirección general de estas modificaciones consiste en el crecimiento de la participación activa y de la influencia de las masas trabajadoras en los diferentes aspectos de la vida social, y sobre todo, en la vida política.
Este aumento del papel de las masas corresponde a una ley objetiva del desarrollo histórico: cuanto mas profundas son las transformaciones sociales, cuanto mas serias son las tareas colocadas delante de la sociedad; tanto mayores y mas activas deben ser, y son , las masas de hombres que toman parte en el proceso histórico. Marx escribió: “Juntamente con la profundidad histórica aumentara el volumen de las masas en ellas interesadas” (Marx y Engels, Obras Completas, Tomo II, Pág. 9). En las sociedades esclavistas y en las sociedades feudales los trabajadores eran privados de los más elementales derechos humanos, sus fuerzas creadoras impiadosamente aplastadas. Los esclavistas y los señores feudales concentraban en sus manos los asuntos políticos, la ciencia y las artes, mantenían a las masas en la ignorancia y en el conformismo, destinándolas apenas a los trabajos pesados. En consecuencia, la actividad de las masas era relativamente pequeña, sus opciones contra los explotadores, por mas heroicas que hayan sido (como tantas revueltas de esclavos e insurrecciones campesinas), solo podían tener éxito temporal y relativo.
Con el capitalismo fueron creadas las premisas materiales para la liberación de todos los trabajadores, para la eliminación de la explotación de clase. Surgió la gran explotación mecanizada y con ella la clase obrera, la clase mas consciente, mas organizada y mas avanzada de todas las clases oprimidas de la historia. Esta clase tiene ante si una tarea histórica inmensa y única: la construcción de una sociedad sin clases. La realización de una tarea de tal magnitud seria inconcebible sin la mas amplia y mas activa participación de millones y millones de trabajadores, antes y después de la toma del poder por la clase trabajadora.
La burguesía ve en ese aumento de la influencia y de la acción de las masas, una calamidad y una amenaza al hombre. Sus ideólogos repiten con pánico que la humanidad va a ser sumergida en la “sociedad de masas” y en el dominio de la multitud. Los revolucionarios proletarios ven en ese aumento, en la incorporación de millones de trabajadores; la creación histórica, y conscientes, consideran este hecho como el viraje más importante en la historia de la humanidad. Un ejemplo vivo de ese viraje y de la tendencia histórica del aumento del papel creador de las masas es la gran revolución cultural proletaria de China, el movimiento histórico que ya alcanzó el mayor nivel de participación activa y conciente de las masas.
Saludamos con entusiasmo  y sin reserva el despertar de las masas trabajadoras.

SEGUNDA CONDICION: TENER UNA ACTITUD CORRECTA PARA CON LAS MASAS
Tener conceptos claros sobre el papel de las masas trabajadoras no basta. Es necesario tener métodos eficaces para el trabajo entre las masas. Y es necesario, por encima de todo, tener actitudes correctas para con las masas.
Hay una ligazón estrecha entre conceptos, actitudes y métodos. No se puede tener verdaderos conceptos sobre las masas sin un cambio de actitudes ideológicas y de posición de clase. A su vez, los métodos de trabajo son aceptados y puestos en práctica según los conceptos que se tienen sobre las masas y según las actitudes que se tienen para con las masas.
Por otro lado, sin embargo, se puede tener conceptos verdaderos sobre las masas y actitudes correctas para con las masas sin que ellos se traduzcan en métodos de trabajo correspondiente. Por consiguiente, hay una relación estrecha entre los tres aspectos de la línea de masas. Pero el aspecto decisivo principal, es el aspecto de las actitudes ideológicas para con las masas. Las actitudes ideológicas constituyen un test decisivo de los conceptos vivos que se tienen en la cabeza sobre las masas; y sin actitudes ideológicas realmente proletarias para con las masas es imposible sistematizar y poner en práctica métodos correctos para el trabajo entre las masas. Por lo tanto, sin una transformación ideológica profunda, sin una revolución ideológica que alcance a los militantes en lo que ellos tienen de más íntimo, es imposible poner en práctica una verdadera línea de masas.
¿Cuáles son las principales actitudes que debe tener un verdadero revolucionario proletario frente a las masas?

1.-Tener entera confianza en las masas.
Buen número de revolucionarios dice de la boca para afuera que las masas trabajadoras son las que crean la historia, pero cuando se lanzan en el trabajo práctico se olvidan de eso o se resisten a reconocerlo.
Cuando enfrentan dificultades, no confían en que las masas pueden resolverlas; recurren al pequeño grupo de individuos considerados inteligentes o capaces. Hay algunas personas que se dicen revolucionarias, que llegan a depositar su esperanza en la generosidad de las clases explotadoras o en la buena voluntad e iniciativa de los políticos de la burguesía. Los que así proceden están fatalmente errados.
Es preciso confiar en las masas. Es preciso confiar enteramente en las masas. Es preciso acreditar firmemente que solo la lucha heroica e indomable de las masas y de su vanguardia garantizará el triunfo. Es preciso acreditar firmemente, inclusive, que las masas son las que deciden la guerra, no las ametralladoras. Como dice Mao Tse Tung: “Las armas son un factor importante, mas no decisivo de la guerra. El factor decisivo es el hombre y no el material” (De la guerra prolongada). Es preciso acreditar firmemente en la capacidad creadora ilimitada de las masas. Las masas solo precisan ser despertadas y organizadas; después ellas harán milagros. Tener entera confianza en las masas es recurrir a ellas y poner todas las esperanzas en su inteligencia, en su iniciativa, en su imaginario, en su coraje, en su voluntad revolucionaria.

2.- Apoyarse en las masas
Quien esta realmente convencido de que las masas son las que hacen la historia, o quien tiene realmente entera confianza en el poder de las masas, apoya todo su trabajo en las masas. Confiarse al pueblo, unirnos e identificarnos con él y apoyarnos en él y ningún enemigo podrá vencernos, y nosotros por el contrario, podremos derrotar a  cualquier enemigo. Mao Tse Tung pregunta: “¿Cuál es la muralla verdaderamente indestructible? Son las masas, los millones de hombres que, de todo corazón, con todos sus pensamientos, sostienen la revolución. Esta es la verdadera muralla que ninguna fuerza podrá jamás destruir. La contrarrevolución no podrá aplastarnos; nosotros los aplastaremos. Cuando hayamos reunido millones y millones de hombres en torno al gobierno revolucionario y desarrollado nuestra guerra revolucionaria, aniquilaremos cualquier contrarrevolución y nos tornaremos señores de la China entera” (Preocuparse por las condiciones de vida de las masas y prestar mas atención a nuestros métodos de trabajo).
Por consiguiente, debemos unirnos estrechamente a las masas y recurrir siempre a su creatividad y a su iniciativa. ¿Qué significa apoyarse en las masas?
Significa apoyarse en ellas para realizar el trabajo revolucionario en todos sus aspectos y en todas las etapas de la revolución. He aquí algunos ejemplos. Significa apoyarse para basar la lucha armada en las masas y no en las armas, comprendiendo que la guerra revolucionaria es una guerra de las masas populares y comprendiendo que: “Las grandes fuerzas de la guerra tienen sus fuentes profundas en las masas populares” (Mao Tse Tung, La guerra prolongada). Significa hacer la reforma agraria aun después de conquistar el Poder en escala nacional, no por medio de órdenes y decretos administrativos, sino apoyándose en las masas populares campesinas. Significa contar principalmente con las propias fuerzas y con el apoyo de las masas de nuestro pueblo y solo secundariamente con la ayuda externa. Significa construir el socialismo apoyándose principalmente en las masas y solo secundariamente en los especialistas y técnicos. Significa no temer el bloqueo de los imperialistas ni de asustarse con la política desleal de los revisionistas, sino apoyarse en las masas para resolver todas las dificultades que sobrevengan.
Tener o no tener confianza en las masas, apoyarse o no en las masas es una cuestión fundamental para el futuro de la revolución brasileña. Si tenemos confianza en las masas y nos apoyamos en ellas, enfrentaremos con entusiasmo todos los sacrificios, venceremos todas las dificultades y la revolución brasileña avanzará. Si no tenemos confianza en las masas y no nos apoyamos en ellas, nuestras dificultades aumentarán cada vez más y sufriremos derrotas y fracasos repetidos. Sin embargo, ¿Qué significa apoyarse en las masas? Significa movilizarlas intensamente con audacia y sin reserva.   

3.- Movilizar a las masas con audacia y sin reserva
Es imposible hacer una revolución sin la acción directa de las masas. Será imposible hacer la revolución brasileña sin la acción directa de las masas obreras, campesinas, sin la participación directa de las masas populares mas amplias.
Luego, es preciso lanzarse al trabajo de movilizar y organizar con coraje y entusiasmo a las masas populares. No se debe tampoco dejar de saludar con entusiasmo las acciones revolucionarias espontáneas de las masas y se debe tratar de tomar parte en ellas y dirigirlas activamente. Los que combaten esos puntos de vista abiertamente son contrarrevolucionarios declarados. Los que combaten esos puntos de vista veladamente o los que sobre ellos dudan, apoyan de boca, pero en realidad temen a la lucha de masas, son contrarrevolucionarios disfrazados o revolucionarios vacilantes.
Los verdaderos revolucionarios proletarios no tienen miedo de las masas, no tienen miedo de los movimientos de masas. Por el contrario, aplauden y elogian todos los movimientos revolucionarios  de las masas; encabezan en todos los momentos los movimientos de masas y tratan de dirigirlos por la vía correcta. Los verdaderos revolucionarios proletarios siempre dirigen los movimientos de masas con una actitud de audacia y confianza; sin miedo de lo que viene por el frente ni de lo que esta atrás.
Los oportunistas de derecha, sin embargo, tratan de frenar el movimiento de masas, de empujarlos hacia atrás. Quieren que el movimiento transcurra siempre en una marcha cierta y tranquila según las normas y planes prefijados. Si ocurre algún imprevisto o le movimiento sobrepasa los límites que ellos arbitrariamente trazaron, los oportunistas exclaman: “Esto es desorden”, “esto no es correcto”, etc. Esas quejas de los oportunistas reflejan el miedo y la cobardía de los burgueses ante las masas. Es preciso recordar a esta gente, como Mao Tse Tung, que: “La revolución no es un banquete de fiesta; ella no es hecha como una obra literaria, un diseño, un bordado, ella no puede ser hecha con tanta elegancia, tranquilidad y delicadeza; con tanta dulzura, amabilidad y cortesía, tanta generosidad de alma. La revolución es un levantamiento, un acto de violencia por el cual una clase derrumba a otra”. (Relatorio sobre la investigación hecha en Hunan)
Hay también los vacilantes, los medrosos y pesimistas. Mao Tse Tung los describe así: “Aquellos que, en periodo revolucionario, solo saben seguir por el camino rutinario, son absolutamente incapaces de percibir el entusiasmo de las masas. Son ciegos, ven todo oscuro. A veces llegan al punto de invertir los hechos y hacer pasar lo blanco por oscuro. ¿Quién no conoce suficientemente gente así? Los que solo saben seguir los caminos ya trillados y subestiman el entusiasmo del pueblo. Cuando una cosa nueva aparece, ellos no lo aprueban jamás. Ellos se oponen. Después reconocen su error y hacen alguna autocrítica, pero en seguida en presencia de otra cosa nueva, ellos se comportan de la misma manera, retomando esas dos actitudes. Es de esta manera como ellos reaccionan delante de toda cosa nueva. Están siempre en estado de pasividad. No avanzan jamás en los momentos decisivos. Precisan recibir un gran golpe en las costillas para que den un paso al frente” (Este Cantán realizo la cooperación agrícola en dos años). Es preciso recordar a esa gente, que los movimientos de masas, al desarrollarse y alcanzar un auge, siempre ponen a prueba a los Partidos revolucionarios, a los militantes revolucionarios, que son obligados a tomar posición. Esta es la hora decisiva. Mao Tse Tung decia en 1972: “¿Colocarnos frente a los campesinos y dirigirlos? ¿Quedar detrás de ellos contentándonos con gesticular y criticarlos? O ¿lanzarnos delante de ellos para combatirlos? Todo chino es libre para escoger una de esas tres vías, pero los acontecimientos obligan a cada uno a hacer su elección.
En cuanto a los errores y fallas de los movimientos de masas, ¿Cuál debe ser la actitud de los verdaderos revolucionarios proletarios? Debemos combatir los desvíos y criticar las insuficiencias del movimiento de las masas, pero en el curso del propio movimiento y sin restringirlo. No debemos olvidar que no hay camino revolucionario que sea directo y cierto. El camino de la revolución es siempre tortuoso y siempre comporta vueltas y desvíos, altos y bajos, derrotas pasajeras y momentos de crisis. La cuestión, sin embargo, es muy simple; movilizar a las masas sin reservas y al mismo tiempo esforzarnos para dirigir cada vez mejor el movimiento de masas cometiendo menos errores y corrigiendo los errores cometidos cada vez mas rápidamente y mas completamente.
Osar movilizar a las masas sin reserva y desarrollar vigorosamente el movimiento de masas no es una cuestión cualquiera. Es la cuestión central de la línea de masas y la base de todo el trabajo revolucionario. Por eso, tener o no tener confianza en las masas, apoyarse o no en ellas, osar movilizarlas sin reserva, es la línea de demostración y demarcación entre los verdaderos revolucionarios y los falsos revolucionarios.
¿Qué es preciso para movilizar intensamente a las masas? Identificarse  con las masas, amar ardientemente a las masas y servir al pueblo de todo corazón, aprender con las masas y respetar su espíritu de iniciativa, ayudar a las masas a organizarse y dirigir sus luchas.

4.- Identificarse estrechamente con las masas y sentir como suyos los sufrimientos y las alegrías de las masas.
Tener confianza en las masas, apoyarse en ellas y movilizarlas sin reserva y con audacia son las tres actitudes principales para con las masas. Sin estas actitudes es inconcebible una línea de masas. Pero esas actitudes se combinan con otras no menos importantes. Una de ellas es identificarse profundamente con las masas al punto de participar realmente de todas sus alegrías y de todos sus sufrimientos. Es tener un profundo respeto y cariño para con las masas. Es unirse estrechamente a ellas. En suma, es comprender que la transformación ideológica además de la formación de ideas y comportamientos, también comprende una radical transformación de sentimientos de clase.

5.- Amar ardientemente a las masas populares y servir de todo corazón al pueblo.
La lucha por la movilización intensa de las masas enfrenta muchas resistencias y dificultades y exige muchos sacrificios. Nadie conseguirá realizar este trabajo sin un espíritu de abnegación sin un profundo sentido de responsabilidad para con las tareas, sin entusiasmo y alegría en el triunfo final, sin una actitud permanente de olvido total de si mismos y dedicación total al pueblo, en ultimo análisis, sin la firme decisión de colocar su ayuda enteramente y completamente al servicio de las masas populares.
En otras palabras, nadie puede movilizar a las masas enérgicamente, ni ser realmente un revolucionario, sin resolver esta cuestión esencial: ¿A quien servir? ¿Servir al pueblo o servirse a si mismos?. El verdadero revolucionario sirve al pueblo, no se separa ni por un solo instante de las masas. “Parte en todo instante de los intereses del pueblo y no del individuo o de un pequeño grupo” (Mao Tse Tung, del gobierno de Coalición). Tiene un afecto sin límites por las masas y los compañeros.

6.- Aprender con las masas y respetar su espíritu de iniciativa
No seria completa la descripción de la actitud ideológica que un verdadero revolucionario proletario debe tener frente a las masas trabajadoras si no llamásemos la atención sobre la necesidad de acabar radicalmente con la falsa idea de que el revolucionario debe dar todo a las masas y no tiene nada que recibir de las masas. Es preciso, por el contrario, insistir en que solo es posible dirigir a las masas correctamente si se respeta y se estimula su espíritu de iniciativa, y solo es posible enseñar a las masas después de aprender con ellas.  
Respetar la iniciativa de las masas y aprender con las masas significa acabar con toda actitud presuntuosa y arrogante, acabar con la actitud de ‘interventor militar’ que solo saben dar órdenes, o de ‘burócratas’ que se quedan en un gabinete. Significa ser modesto alumno de las masas antes que ser su maestro. Significa no pretender conocer lo que “no se conoce y no tener vergüenza de consultar a los militantes de nivel inferior o las masas. Significa oír con interés las opiniones de las masas, tomar notas de ellas, meditarlas y prestar mayor atención a ellas. Significa más aun, tener el coraje de estimular el fuego de las críticas y de las masas, tener el coraje de proceder a la autocrítica regular de las insuficiencias y de los errores de nuestro trabajo.
Ser un alumno de las masas, significa en suma, procurar los intereses y las opiniones de las masas. Escuchar no los puntos de vista de ciertas personas solamente, sino antes escuchar las diversas opiniones venidas de todos lados. Escuchar no solo a la mayoría, sino también a la minoría. Escuchar las opiniones aprobadoras, pero también las opiniones desaprobadoras. En general, aceptamos fácilmente las primeras, pero aceptamos menos fácilmente las segundas. En general es muchas veces indispensable oír las críticas de los que critican y desaprueban para hacer un enjuiciamiento en conjunto de la situación.

7.- Ayudar a las masas a organizarse y dirigir sus luchas
Esta actitud es la consecuencia última de todo lo que fue dicho. Movilizar a las masas no es sustituir a las masas, es poner las masas en movimiento, es ayudar a ellas mismas a organizarse y conducir sus luchas. Con todo, para que la vanguardia ejerza este papel dirigente sin caer en una actitud de señor (y no de servidor de las masas)y sin caer en las falsas pretensiones de sustituir a las masas (y no dirigirlas), es preciso no solo tener concepto claros sobre el papel de las masas y el papel del Partido de vanguardia, actitudes correctas para con las masas, pero es necesario también tener métodos justos para el trabajo de masas.

TERCERA CONDICIÓN: TENER UN MÉTODO CORRECTO PARA EL TRABAJO DE MASAS
La justa dirección de un Partido revolucionario de la clase obrera exige que no cese un instante de tomar la movilización sin reserva de las masas como la base de todo movimiento revolucionario. La línea de masas es método para la movilización y dirección de las masas. Tener una concepción correcta sobre el papel de las masas es el aspecto teórico de la educación para la línea de masas. Tener una actitud correcta para con las masas es un aspecto ideológico. Tener un método correcto para el trabajo de masas es el aspecto metodológico. El aspecto teórico es necesario, el aspecto ideológico es principal y decisivo, mas el aspecto metodológico es también muy importante.
Mao Tse Tung insiste, con razón, en ese punto, al que a veces no se le da debida atención: “Algunos camaradas no aplican todavía a fondo una línea de masas en su trabajo, se apoyan siempre apenas sobre un pequeño numero de personas que trabajan en un frío aislamiento. Una de las razones de eso es que ellos, por más que hagan no saben explicarse claramente a las personas que ellos dirigen  y no saben como desarrollar la iniciativa y la fuerza creadora de ellas. Subjetivamente ellos quieren que cada uno tome parte de un trabajo, pero no dan a conocer a los otros, ni lo que es preciso hacer, ni como hacerlo. De esta manera, ¿como querer que cada uno se lance a la tarea y el trabajo sea bien hecho? Para solucionar este problema el medio esencial es, evidentemente, dar una educación ideológica sobre la línea de masas, pero al mismo tiempo es preciso enseñar a esos camaradas muchos métodos concretos de trabajo” (Palestra para los redactores del Diario de Chansi-Suiyan).
Por lo tanto, es preciso comprender “que no bastan las tareas, es preciso aun resolver los problemas de los métodos que permitan cumplirlas” (Mao Tse Tung, preocuparse por las condiciones de vida de las masas y prestar mas atención a nuestros métodos de trabajo). “Pues dirigir no es solamente determinar  la orientación general y las medidas particulares de una política, sino también elaborar justos métodos de trabajo (Mao Tse Tung, Métodos de trabajo de los Comités del Partido).
Después de haber tratado de los fundamentos teóricos y de las actitudes ideológicas estudiaremos ahora las cuestiones propiamente metodológicas de la línea de masas.

1.- La esencia del método de línea de masas: Partir de las masas para volver a las masas
Los revolucionarios proletarios deben servir al pueblo. ¿Cómo servir al pueblo? ¿Actuando en su lugar? ¿Concediéndole su liberación como favor? NO, esto no seria posible. Los verdaderos revolucionarios proletarios sirven a las masas populares dirigiendo y orientando sus luchas y sus esfuerzos, no sustituyéndolos.
Entonces, ¿Cómo dirigir la lucha de las masas populares sin sustituirlas ni pretender monopolizar el trabajo? ¿Concediéndoles su liberación como favor? NO. Teniéndose el método apropiado de dirección política. La dirección política de la lucha de masas comprende (abarca) dos momentos o dos aspectos: el momento de los esfuerzos para llevar a la práctica la política, las orientaciones y las medidas decididas.
Todo método de dirección debe, por lo tanto, responder a estas dos preguntas esenciales: 1.- ¿Cómo tener decisiones justas? 2.- ¿Cómo aplicar de modo correcto y eficaz las decisiones tomadas? La línea de masas, como un método para la dirección  política de la lucha de masas por un Partido proletario, es un método para la justa elaboración de las decisiones a ser tomadas y un método para la justa elaboración de las decisiones y aplicaron de la política y las orientaciones establecidas. Para percibir la esencia de del método de la línea de masas basta considerar las respuestas que el da a dos problemas esenciales de toda dirección política, mencionados mas arriba. ¿Cómo tomar decisiones? A través de la práctica de las masas, esto es, a partir de la vida, de los problemas, de las exigencias y de las opiniones de las masas. ¿Cómo aplicar las decisiones tomadas? La línea de masas, a través del Partido, solo puede aplicar su política a través de la práctica de las masas.
Por lo tanto, el contenido fundamental de la línea de masas puede ser resumido en la siguiente frase de Mao Tse Tung (Sobre los métodos de dirección): “En toda actividad practica de nuestro Partido, una dirección justa debe fundarse sobre el principio siguiente: Partir de las masas para retornar a las masas. Esto significa que es preciso recoger las ideas de las masas (dispersas no sistematizadas), concentrarlas (en idea generalizada y sistematizarlas después en estudios), después ir de nuevo a las masas para difundirlas y explicarlas Actuar de suerte que las masas las asimilen (…) en la acción misma de las masas la justeza de esas ideas. En seguida es preciso todavía una vez más conservar las ideas de las masas y devolverlas a las masas para una aplicación resuelta. El mismo proceso se proseguirá indefinidamente, tornándose las ideas cada vez mas justas, más viva y más rica. He ahí la teoría marxista del conocimiento, y he ahí la ciencia y el arte de la dirección política marxista.
Una comparación puede ayudar a comprender ese movimiento fundamental de la línea de masas. Una fábrica textil necesita de materia prima; digamos que sea el algodón. Este es recogido por las manos de los campesinos y el recojo es hecho apañando los copos de algodón dispersos. Después del recojo, los copos de algodón dispersos son reunidos y llevados hasta la fabrica donde es tejido el hilo, el paño, etc. Los revolucionarios dirigen fábricas políticas, deben elaborar un producto valioso: La revolución. Para esto necesitan de materia prima. Esta es ofrecida por las necesidades, exigencias y opiniones de las masas. Cuando el Partido elabora un programa o una política particular, es para resolver un problema concreto o para cumplir ciertas tareas inmediatas. Este programa o esa política no puede servir a las masas y es importante que el siempre se pregunte: ¿Qué problema de las masas tiene que ser resuelto? ¿Qué exigencias estén entre las masas? Para conocer los problemas y las aspiraciones de las masas es preciso recoger sus opiniones. Estas opiniones vienen de todos los lados, son particulares dispersas a veces falsas, no sistematizadas- como copos de algodón. La tarea de los dirigentes consiste en concretar, analizar, criticar y sistematizar esas opiniones dispersas y así elaborar el Programa, las orientaciones, las medidas, las tareas, los métodos, etc. Esto es lo que significa partir de las masas. En seguida es preciso difundir  y explicar a las masas las nuevas ideas, para que ellas perciban que las nuevas ideas corresponden a sus ideas perfeccionadas y perciban como la política del Partido corresponde a sus exigencias y así se movilicen y organicen para la realización de esa política y de esas ideas. Esto es lo que significa volver a las masas.
Partir de las masas para volver a las masas, he ahí el contenido esencial del método de masas. Es preciso jamás perder de vista este contenido fundamental. Todas las otras cuestiones corresponden al detallamiento de ese método general. Por ejemplo: ¿Cómo recoger las ideas de las masas (investigación), sistematizarlas (análisis), como difundirlas y explicarlas (educación y propaganda),etc.
   
  
 



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